martes, 30 de julio de 2013

54 Los telquines

a. Los nueve Telquines con cabeza de perro y manos con aletas, hijos del Mar, nacieron en Rodas, donde fundaron las ciudades de Camiro, Yáliso y Lindo; de allí emigraron a Creta y fueron sus primeros habitantes. Rea confió a su cuidado al infante Posidón y ellos forjaron su tridente, pero mucho antes habían hecho para Crono la hoz dentada con que castró a su padre Urano; además fueron los primeros que tallaron imágenes de los dioses.
b. Sin embargo, Zeus decidió destruirlos con un diluvio, porque se habían inmiscuido en el estado atmosférico, produciendo nieblas mágicas y agostando las mieses con azufre y agua del Estigia. Avisados por Ártemis, todos ellos huyeron por el mar, algunos a Beocia, donde construyeron el templo de Atenea en Teumeso; algunos a Sición, varios a Licia y otros a Orcómeno, donde fueron los sabuesos que despedazaron a Acteón. Pero Zeus mató a los Telquines de Teumeso con un diluvio; Apolo, disfrazado de lobo, destruyó a los de Licia, aunque habían tratado de aplacarlo con un nuevo templo; y ya no se les encuentra en Orcómeno. Se dice que algunos viven todavía en Sición.

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1. El hecho de que los nueve Telquines fueran hijos del Mar, actuaran como los sabuesos de Ártemis, crearan nieblas mágicas y fundaran las ciudades que recibieron su nombre de las tres danaides, Camiro, Yálisa y Linda (véase 60.d) indica que eran originalmente emanaciones de la diosa Luna Dánae; cada una de sus tres personas en tríada (véase 60.2). Los gramáticos griegos derivaban la palabra «telquin» de thelgein, «encantar», pero como la mujer, el perro y el pez se combinaban igualmente en las representaciones de la tirrena Escila —la cual también estaba en su elemento en Creta (véase 91.2)— y en los mascarones de proa de los barcos tirrenos, la palabra puede ser una variante de «Tyrrhen» o «Tyrsen»; los libios confundían la l y la r y la siguiente consonante era algo entre una aspirada y una sibilante. Al parecer les rendía culto una población matriarcal primitiva de Grecia, Creta, Lidia y las islas del Egeo a la que persiguieron los helenos patriarcales invasores, absorbiéndolos u obligándolos a emigrar hacia el oeste. El origen de los Telquines puede haber sido africano oriental.
2. Se hacía surgir nieblas mágicas mediante hechizos con sauce. Se suponía que el agua del Estigia (véase 31.4) era tan santa que la menor gota de ella causaba la muerte, a menos que se la bebiese de una copa hecha con un casco de caballo, lo que prueba que estaba consagrada a la diosa de cabeza de yegua de Arcadia. Se dice que Alejandro Magno se envenenó con el agua del Estigia (Pausanias: viii.18.2). Su empleo mágico por los Telquines indica que sus devotos se reunían en el cercano monte Nonacris («nueve picos»), en una época el principal centro religioso de Grecia; hasta los dioses olímpicos hacían sus juramentos más solemnes invocando al Estigia.


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