domingo, 28 de julio de 2013

El inconsciente colectivo y los arquetipos (1)

El psiclogo Sigmund Freud causo un gran revuelo cuando atribuyo gran importancia al sexo en la vida psíquica, sin embargo a mi me cae mucho mejor el psicólogo Carl Jung, el se interesaba en una multitud de cosas mucho menos escandalosas como dragones, demonios, duendes, Ovnis, metafísica


Carl Jung imagino el “espacio interno “del individuo ocupado por varias capas, estaba el consciente y el inconsciente personal, además en su opinión había otros sistemas en la personalidad .Uno de ellos era el inconsciente colectivo, al que consideraba como el fondo de los vestigios de los recuerdos latentes de todo el pasado del hombre.
Se le podría llamar “herencia psíquica, el reservorio de nuestra experiencia como especie. Divorciado de todo lo personal del individuo y común a todos los seres humanos, el inconsciente colectivo era la base heredada de toda personalidad. Sobre ese cimiento se erigían el ego y el inconsciente personal. Afirmaba que todas nuestras posibles inclinaciones, nuestros temores y deseos latentes provenían del inconsciente colectivo, y que nuestras experiencias del mundo estaban plasmadas en parte muy principal por el.
La existencia del incosnciente colectivo se puede combrobar con la existencia de ciertas experiencias comunes a todos los seres humanos, como el amor a primera vista o en ciertos conceptos my comunes en todas las culturas del mundo, que revisare despues.
Otra idea que debe su origen a Jung fue la de arquetipo .Los arquetipos son conceptos universales que contienen un ingrediente muy considerable de emoción y constituyen el contenido del inconsciente colectivo.

El arquetipo carece de forma en sí mismo, pero actúa como un “principio organizador” sobre las cosas que vemos o hacemos. Funciona de la misma manera que los instintos en la teoría freudiana. Al principio, el bebé solo quiere algo de comer, sin saber lo que quiere. Es decir, presenta un anhelo indefinido que, no obstante, puede ser satisfecho por algunas cosas y no por otras. Más tarde, con la experiencia, el bebé empieza a anhelar cosas más concretas cuando tiene hambre (un biberón, una galleta, una langosta a la brasa, un pedazo de pizza estilo Nueva York).
El arquetipo es como un agujero negro en el espacio. Solo sabemos que está ahí por cómo atrae materia y luz hacia sí mismo.
(continuara)

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