En la calle García Requena, más conocida por Recogidas, se encontraba la hornacina del Cristo de Burgos, de las tres potencias o del Señor de los Tres Huevos
Cuentan que un anciano fraile pidió albergue en una casa de aquella calle y sus propietarios, muy pobres, sólo le pudieron ofrecer para comer tres huevos. Al amanecer el fraile había desaparecido, los huevos estaban intactos y en la pared había un crucifijo.
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