sábado, 23 de noviembre de 2013

Lista de Dioses Asirios

Ad
Literalmente "El padre" Dios.

Ada

El Dios Único, respetado bajo la apariencia del sol.

Adad

Dios de doble aspecto: El terrible rige los vendavales, truenos y tormentas, él fue el generador del diluvio que eliminó a los hombres por orden de Bel. El benéfico rige las aguas fecundantes, las lluvias y el rocío.

Adar

También denominado Samdam, el "Potente", "el Poderoso", regía sobre las tempestades y presidía el planeta Saturno.

Alatu

Dios funeraria que gobernaba la región de los muertos. Representábasela sentada en un trono de nubes negras, encargada de recibir a los difuntos que llegaban desnudos.

Anak

Nombre de un gigante fabuloso a quien los Hebreos llamaron Anakim.

Anatu o Antu

Esposa de Anu, también se la conocía como Antú.

Anshar

Principio másculino que representaba al mundo celeste, engendrado por Lahmu y Lahamu || Padre de Baal.

Anunit

Denominación de Ishtar, bajo su aspecto guerrero.

Aola

Deidad primitiva que, junto con Apsú y Bel, constituirán la trinidad dimanada de Asur, representando Apsú al caos primordial; Bel al organizador del mundo; y Aola a la inteligencia divina.

Apsú

El principio másculino, originariamente el abismo de las aguas y luego, definidamente el agua dulce que, en unión con Tiamat (el agua salada) Dieron nacimiento a dioses, hombres y animales.

Assúr

Dios nacional de los Asirios, impuesto a Babilonia por estos, dimanador de la Trinidad Materia, Verbo y Providencia. Era la divinidad bélica por excelencia y se le representaba como un disco alado, montado en un toro o flotando en los aires. Su nombre primitivo era Ilú, y la trinidad de él emanada era: Apsú, Bel y Aola.
Su nombre significa "Benévolo". Como creador de sí mismo, fue padre y soberano de la totalidad de los dioses y los hombres, y del cielo y del infierno. Así mismo regía sobre la fertilidad, representándosele entonces, rodeado de ramos, y con el atributo de la cabra. Su esposa era Ishtar.

Baba

Diosa de la juventud, a la que se rendía culto en Damas

Bau

Junto con los dioses Dunsaga y Gatumdug, propinaba la vida a cada ser humano.
Diosa sumeria con cabeza de perro, hija del Dios Anú.

Beladarsamdan

Asimilado con Samdan, era el Hércules de los Asirios.

Belit-III

"La dama de los Dioses" Divinidad también denominada; "La Diosa de los Nacimientos", quien velaba por la llegada de los niños al mundo.

Dummuzi

Nombre dado a Tammuz de los asirios-babilónicos, Adonis en el mundo Greco-Asirio y hasta en Egipto donde se fundió con Osiris.

Dumsaga

Junto con los dioses Gatumdug y Baú, propinaba la vida a cada ser humano.

Ea

Dios de la sabiduría por excelencia, considerábasele residente el la ciudad de Eridú, ubicada en el extremo meridional de Sumer, sobre el golfo Pérsico. Aunque este consepto no estaba generalizado, creíasele creador del hombre a quien modeló con arcilla.
La vasta inteligencia, dios engendrado por Anshar y Kishar. A Ea ("casa de agua"), aunque no fue divinidad marina, le atribuyeron dominio sobre el elemento líquido, su influencia se manifestaba sobre el Apsu. En Sumer se le adoraba con el nombre de Enki. Su sede terrestre era la ciudad sagrada de Eridú representábasele como un ibis con una cola de pez, o como ser humano de cuyas espaldas brotaban ondas de agua; o bien aparecía con una jarra en las manos símbolo de agua fecundante. La compañera de Ea recibió los nombres de Ninki, Damkina y Damgalnuna.

Elagabal

Dios-Sol, adorado bajo la apariencia de una imponente piedra cónica. Heliogábalo, ex sacerdote de este dios, lo introdujo en Roma, consagrándole un templo, aunque dicho culto fue luego abolido.

En-ki

Señor de la sabiduría y el conocimiento en Sumer.

Gatumdug

Junto con los dioses Dumsaga y Bau, propinaba la vida a cada ser humano.

Geshtin

Diosa del vino. Similar a Dionisio de los Griegos.

Gibil

Dios de carácter ígneo, llamado el hijo de Anú.

Gula

Divinidad quien podía voluntariamente inflingir tanto enfermedad como salud. Llamada "La Gran Doctora", su emblema era un perro.

Kadi

Diosa que controlaba la mortalidad, su atributo era una serpiente.

Leon Alado

Así aparecía uno de los dioses astrales, figurativo de los cuatro ángulos del mundo denominados: Marduk (animal alado); Nebo (hombre); Nergal (leon alado) y Ninurta (Aguila.)

Mami

Diosa primitiva protectora de los partos y creadora de la nueva raza humana, tras el diluvio dispuesto por Bel.

Mammitu

Diosa quien determinaba el destino de los niños al nacer.

Mammon

Idolo protector de las riquezas y minas en general

Marduk

"El Gran Señor", hijo mayor de Ea, esposo de Sarpanit, quien regía el crecimiento de los vegetales y el poder fecundante de las aguas. Era el dios supremo de los Babilonios teniendo como animal sagrado al fabuloso dragón Sirrusch vencedor de la diosa Tiamat, tomó como prerogativa cincuenta atributos y pasó a descollar entre todos los demás dioses. Su figura aparece blandiendo una cimitarra y domeñando un dragón.
Nabu
Hijo del dios Bel quien recibía las decisiones de este sobre la suerte anual de cada mortal, dándola a conocer como portavoz a todos los dioses que asistían a esa ceremonia celestial. Regía las actividades intelectuales y literarias, y su templo se hayaba en Borsipa, cerca de Babilonia. Con su esposa, Tashmetun inventaron la escritura.

Namtaru

Nombre del demonio de las plagas.

Nanshe

Diosa interpretadora de los sueños, hermana de Misaba.

Nin-Karrak

Diosa que vela por la salud del hombre.

Nusku

Dios del fuego, llamado "El Sublime Mensajero de Bel".

Ob

Dios que pronunciaba los oráculos pero en voz tan queda que el consultante debía adivinar muchos aspectos de cada respuesta. A sus sacerdotes se les atribuían dotes de ventrílocuos.

Semiramis

Reina semi-legendaria deificada que emprendió vuelo con una bandada de palomas cuando estaba asomada a la ventana de un palacio.

Tammuz

Dios de la vegetación la primavera y el grano, llamado "Señor del la Madera de la Vida", originalmente un árbol-dios.
Se lo relaciona con Ishtar y con el Adonis Fenicio.

Tiamat

El principio femenino, el mar, el agua salada que en unión con Apsú (el principio másculino, el agua dulce) dieron nacimiento a dioses, hombres y animales. Así mismo era la representación de las potencialidades del caos prístino. Mostruo hembra, maléfico en las leyendas babilónicas, a quien el dios Marduk venció en le origen del mundo, encadenándolo en los posos del abismo.

Utanapishtin


Ser legendario que al producirse el diluvio dispuso la construcción de una gran nave de 120 codos de altura en el que se refugiaron su familia, todo su ganado, diversas especies animales, guárdando allí todos sus tesoros. La presepitación de las aguas dispuesta por los dioses duró seis días y seis noches, quedándo la humanidad reducida al barro. La nave de Utanapishtin se detuvo en la cima del monte Misir y allí el soltó una paloma y luego una golóndrina que regresaron a la nave al no poder posarse en tierra. Cuando soltó un cuervo, este no volvió y entonces Utanapishtin el oriundo de Suripak, abandonó el refugio y sacrificó a los dioses en acción de gracias.

Dioses de Arabia prehislamica y algunas criaturas del folclore musulmán.

Ababil o Ababilo

Ave fabulosa, que según la leyenda, atacó a los abisinios frustrando sus designios de poner sitio a la Meca en el 570 d.C.

Abou-Jaria

El ángel de la muerte entre los mahometanos. También llamado Azrael, y entre los persas Mordad. Tiene por misión recibir las almas desencarnadas y conducirlas para ser juzgadas.

Aboulonri

Es el buitre de los agüeros o auspicios, denominado Ak-baba por los turcos.

Aichera

Divinidad adorada por los árabes antes del advenimiento de Mahoma.

Al-Borak

Literalmente: "rayo, estallido, blancura cegadora". Yegua fabulosa con la que Mahoma viajó de noche desde La Meca hasta Jerusalén y regresó al punto de origen atravesando los siete cielos.

Al-Ozza

Es una de las tres hijas del dios Supremo. Esta palabra se deriva de azza que sigmifica poder. Era el nombre de una divinidad adorada como una hija del dios por los árabes de las tribus de Koraich y de Kenauah y parte de la tribu de Salim. Según otros, la tribu de Ghatfan, adoraba bajo este nombre a acacia o el endrino espinoso de Egipto. El primero que consagró este árbol para usos religiosos fue Dhalem. Le erigió un pequeño templo llamado Boss, construido de modo que daba un sonido particular cada vez que alguno entraba en él. En el año 8 de la hégira, Thaled, hijo de Walid, destruyó y quemó por orden de Mahoma, el templo y el ídolo o árbol sagrado.

Alzoharah

Diosa que personifica al planeta Venus y presidía el movimiento de las constelaciones.
Allah-Taala
El dios supremo, creador y glorificador, adorado principalmente en el país de Hedjaz, Arabia Pétrea, antes del advenimiento de Mahoma.
Varias de las antiguas tribus árabes reconocían, antes que viniera Mahoma, un creador del Cielo y de la tierra y le llamaban Allah-Taalai, el muy alto, en sentido opuesto a la denominación de los otros dioses a los cuales llamaban Al-Jlahat, divinidades inferiores; que según ellos eran la verdadera compañía de Dios, pero sometidas en un todo a su poder. La fórmula usada para acercarse al Allah-Taalai, estaba concebida en estos términos. "Yo me consagro a tu servicio, oh Dios, tú no tienes compañero, excepto las divinidades que forman tu corte: pero de las cuales eres tú el dueño y soberano como de todo lo que depende de ellas". Cuando plantaban árboles frutales, o sembraban algún campo, tiraban una línea que dividía el suelo en dos panes, una para el Dios soberano y la otra para las divinidades inferiores. Si caían frutos de ésta parte a la consagrada al gran Dios, tenían la costumbre de indemnizarlas, lo que no hacían en caso contrario, porque decían que las divinidades inferiores tienen necesidad de lo que pertenece al Dios soberano: pero que este no tiene necesidad de nada. Los griegos que no entendieron las palabras Allah-Taalai y Al-Jlahat, formaron del primero el nombre Orotal y del segundo el de Alilat:, indicando con ellos dos divinidades adoradas por los árabes.

Allath

Idolo de los antiguos árabes antes de Mahoma. Los habitantes de Tahief, que le adoraban, llevaron a tan alto grado su idolatría por esto culto, que exigieron de su vencedor, como una de las condiciones de paz, de no destruirlo a los menos en tres años. Habiéndose negado éste a semejante condición, se limitaron a pedir un mes de plazo; pero Mahoma lo rehusó también y mandó destruirlo en el año 9 de la Hégira con universal sentimiento de los habitantes, quienes lloraron amargamente la pérdida de su divinidad que se cree seria la luna.

Alleta

Diosa que personificaba a la luna. Una de las tres hijas del Dios supremo, según la antigua teología árabe prcislámica. Las dos otras se llaman Menaeh y Aluzza.

All-Uza

Divinidad identificada con la acacia y el ciruelo silvestre. En su honor se sacrificaban jóvenes. Adorábaselo antes del advenimiento de Mahoma.

Araf

Nombre del purgatorio en le Islam, lugar intermedio entre el cielo y el infierno, donde se purifican las almas por el fuego.

Asrafil

El Arcángel que despertará a los muertos, el día del juicio con su trompeta, según los musulmanes

Assaf

Denominación de un ídolo de los árabes coraischitas. Cada tribu y casi cada familia tenía el suyo.

Atharid

Divinidad de características similares a Mercurio
Azer
Entre los Árabes ídolo adorado por el padre de Abraham.

Bachtan

Divinidad pétrea, antecesora de Zoara, modalidad de Venus. Al principio consistía en una piedra sagrada que los escultores remataban en forma de cabeza.

Benan-Hascha

"Los compañeros de Dios". Divinidades adoradas antes del advenimiento de Mahoma.

Dhat Himyan

"La del calor". Diosa solar sabea.

Dhul Kaffain

Ídolo protector de los bosques y sotos, adorado antes del advenimiento de Mahoma.

Dhut Jolosa

Idolo que personificaba a la buena fortuna en los negocios, antes del advenimiento de Mahoma.

Dizares o Diasar

Divinidad pétrea, negro monolito cuadrangular de 1,219 m de altura por 0,610 m de ancho, erguido sobre un pedestal, de atribuciones análogas a las de Baco y Marte del panteón Greco-Romano.

Dzohara

Diosa de la poesía y del amor, equivalente a la Afrodita de los Helenos.

Dzohl

Dios de los árabes pre-islámicos con características equivalentes a las de Saturno.

Efrit

Especie de genio quien gozaba en asumir las más diversas formas para dañar al hombre.

Elah

Dios preeminente, aunque no único, del que probablemente derivó Alah.

El-Ozza

Diosa venerada entre los Koreishites, a quien se le ofrecía sacrificios humanos

Gules

Genios demoníacos frecuentadores de cementerios, de características similares a las de los vampiros.

Hafead

Dios preservador a quien se invocaba antes de acometer cualquier empresa.

Hobal

Personificación del Sol que, en La Caaba, aparecía representada en piedra roja con rostro de anciano venerable, de larga barba, blandiendo siete flechas de la suerte. Su imagen fue destruida tras el advenimiento de Mahoma.

Huríes

Vírgenes del Paraíso de Mahoma, reservadas para las almas bienaventuradas.Esta creencia entroncaríase con el ángel Zaniade, de los parsis, quien es custudio de vírgenes de ojos negros que acompañarían a los que merezcan ese sitio celestial.
Jinn (genios)
Elementales o genios de la mitología musulmana. Son seres sobrenaturales que tienen la facultad de darse a conocer bajo formas animales (serpientes, perros, gatos, etc) o humanas. Algunos son buenos y de bella apariencia, pero la mayoría son malignos y horribles de aspecto. Tienen cuerpos etéreos, pero se alimentan y pueden engendrar hijos. Los de mayor poder maligno son los marids, cuyo jefe es Iblis.

Kozah

Dios de la tormenta y la tempestad.

Manat

Diosa que personificaba el destino. Algunos tratadistas la relacionaban con la diosa que Herodoto llamó Alilat.
Razecah
Divinidad a la que se asignaba el don de proveer el sustento imprescindible para la vida.

Termagant

Idolo de la Edad Media adorado por los mahometanos einvodado por hechiceros.

Zabban-Geolier

Ángel de los musulmanes, encargado de torturar a los réprobos, que actuaba junto con Thobeskh.

Lista de algunos Dioses de las tribus africanas

Agoyo
En ciertas regiones de Guinea, se rendía la máxima veneración al fetiche Agoyo, especie de ídolo de buen agüero que se conservaba en la cabaña del brujo principal. Su forma era rarísima, casi inconcebible: una talla de unos cuarenta centímetros de altura, medio hombre y medio sapo, adornada con cintas rojas lo mismo que la vasija invertida que le servía de pedestal. En la cabeza llevaba un extraño tocado terminado en un dardo, constituido por un lagarto bajo una media luna, otro más pequeño y horizontal, un trozo de lanza, plumas, serpientes y más lagartos, todo esto se colocaba en una mesa con tres cuencos y dieciocho bolitas de barro. Para consultar a este ídolo era preciso hacerle un sacrificio acompañado de un espléndido regalo al brujo mayor, que tenía la exclusiva de ese oráculo; si, al verter las bolitas varias veces en los cuencos, salía un número impar, la respuesta era afirmativa y, en caso contrario, negativa.
Yachar
Los malgaches, habitantes de la Madagascar reverenciaban a un dios supremo, benéfico, conocido como Yachar, que carecía de estatuas, culto y demás honores, porque por su bondad, no era preciso propiciarlo, y además sabía lo que era preciso a cada hombre. Yachar tenía a sus órdenes una legión de espíritus benéficos, especie de ángeles de color, a él se enfrentaba el espíritu del mal, Angat, y el mál supremo, Taivadu.
Eweer
Los Achantis de la Alta Guinea creen que Eweer es el cielo visible, que se cubre con un velo azul, y las nubes son sus vestidos o adornos.
Gundya Tikoa
Dios Supremo de las tribus de hotentotes del africa. Creador del primer Hotentote. Como éste cometió inumerables pecados, el dios se indignó y lo maldijo, lo que por rechazo, provocó tal dureza de corazón en los desendientes del primer hombre negro, que no se preocuparon de rendir veneración al Ser divino.
Gundya vive en el cielo, más allá de la Luna, no se preocupa de los humanos ni para bien ni para mal. Y aveces tiene el capricho de pasar temporadas en el mundo, bajo la apariencia de un hermoso hotentote, confundiéndose con los demás y sin que estas estancias terrestress tengan la menor consecuencia o significado.
Horey
El espíritu más importante de la costa occidental de África se llamó Horey, y recibía un culto muy intenso para aplacarle. Se decía que durante las solemnidades que se le dedicaban solía emitir terribles mugidos, señal de que era necesario disponer alimentos bajo un árbol para aplacarle. Si no quedaba satisfecho, se creía que se tragaba a alguno de los asistentes hasta que satisfacía su tremenda voracidad con más manjares, y no faltaba aldorador suyo que afirmaba con toda seriedad haber sido tragado y devuelto por el terrible Horey.
Icanti
Los Cafres del Africa reconocen a un ser supremo de las Aguas, llamado Icanti. Recibía ofrendas de animales, que en lugar de quemarse se arrojaban al agua.
Kanno
Nombre del Ser Supremo, entre los negros de las costas Malgaches como creador de todo lo que existe: creían que todos los bienes dimanan de él. Sin embargo no le concedían una duración eterna. Tendría, por sucesor, otro ser que debía castigar el vicio y recompensar la virtud. Todos los pueblos de esta costa hacen remontar a este dios el origen de la circuncisión, a la cual sujetan hijos desde la edad de seis meses. Aunque el pueblo parezca penetrado de respeto hacia este ser, y que tengan de él una fe muy elevada, hasta el punto de no atreverse a explicarlo, sin embargo todo su culto se dirige a los espiritas de los muertos.
Kosi
Fetiche de los pueblos del Congo, de caracter acuático, ya que de él depende la lluvia, el trueno y el rayo, la pesca y la navegación fluvial, medio principal de comunicación de un territorio exuberante, donde las selvas impenetrables borran todos los caminos.
Este fetiche tiene forma de saco de arena cerrado con dos cuernos y plumas en la parte alta.
Makemba
Los malgaches, habitantes de la Madagascar, veneraban un fetiche llamado Makemba, este cuidaba especialmente del rey y de sus dignatarios, su forma era una trenza de tres cabos atada con una cinta a la que colgaban conchas, huesos, plumas y otras cosas semejantes. Su culto consistía en aspersiones hechas sobre el fetiche y sobre el rey por los brujos, y en la impregnación de un líquido rojo, que también servía para los amuletos y que recuerda el uso del ocre rojo, símbolo de la vida, por los hombres prehistóricos.
Maramba
Era una especie de dios de los habitantes del Congo, especializado en la caza y en la justicia. Ante él juraban los acusados, asegurando su inocencia; si era cierta, no le ocurría nada, en caso contrario caían muertos instantaniamente ante la figura de MAramba, colocada encima de un cesto a la entrada de su templo-cabaña. Se le dedicaban los muchachos en cuanto llegaban a la pubertad, hacia los doce años, y se le ofrecían las primeras libaciones de los banquetes de los personajes importantes.
Mawu
Dios de los Achantis de la Alta Guinea. Mawu tiene dos hijos, Mahov Sodza, bueno, y Mahov Sogblé, malo, que represetan los dos aspectos opuestos de su padre, concebido como ambivalente, caso que recuerda el de otras regiones más desarrolladas, como el brahmanismo indio.
Njamié
Los Achantis de la Alta Guinea tienen como dios a Njamié, divinidad del destino, significa el "resplandeciente", y es a la vez el dios del cielo.
Olucún
Dios de los negros de las regiones de Benín, Togo, Dahomey y parte de las costas del golfo de Gunea.Olucún era un dios marino, del que abundan sus representaciones.
Ovisara
Dios de los negros de las regiones de Benín, Togo, Dahomey y parte de las costas del golfo de Gunea. Dios supremo, creador del universo y de los hombres. Su bondad era tan infinita, que nadie se preocupaba por rendirle culto ni de agradecerle, razgo común a muchos pueblos africanos.
Taivadu
Los malgaches, habitantes de la Madagascar creían en Taivadu, dios que disponía de un ejército de diablos, causantes de todo mal en las enfermedades, la muerte y las catástrofes, apesar de su tamaño diminuto que no excedía un centímetro.
Unchulogu
Los Cafres del Africa, reconocen una especie de ser supremo, el gran espíritu Unchulogu, superior a las almas de los muertos y a las almas de las cosas al que se sacrificaban animales.
Uukulunkulu
Dios de los Zulús del Africa. Salió de un tronco primitivo o de un cañaveral, igual que los hombres. Disponía de la muerte y la vida, se cuenta que envió un camaleón a los hombres con la noticia de que nunca morirían; pero este animal se entretuvo tanto por el camino, que dió tiempo a que el Gran Espíritu cambiara de parecer y mandara al lagarto con la noticia contraria., y se dió tanta prisa que llegó antes que el camaleón, secidiendo así, para siempre, el destino de los hombres.
Los Zulús sienten por esta razón, igual antipatía por los camaleones que por los lagartos.
Yachar

Los malgaches, habitantes de la Madagascar reverenciaban a un dios supremo, benéfico, conocido como Yachar, que carecía de estatuas, culto y demás honores, porque por su bondad, no era preciso propiciarlo, y además sabía lo que era preciso a cada hombre. Yachar tenía a sus órdenes una legión de espíritus benéficos, especie de ángeles de color, a él se enfrentaba el espíritu del mal, Angat, y el mál supremo, Taivadu.

El origen del mundo en la cosmogonía China II

La diosa Niu-kua arregla el cielo

     En la mitología china Niu-kua (a veces Nv-Kua) es una de las divinidades femeninas más antiguas. Niu-kua es definida en el más antiguo diccionario chino por el filólogo Xu Shen como «la encargada de la reproducción de todos los seres vivos», por lo cual, muy posiblemente su origen está asociado con la fertilidad. Hay varios relatos que nos hablan de esta diosa y según cuenta una leyenda ella es quien creó al ser humano
     Según relata una de estas legendas la tierra era muy bonita, en ella crecían las flores, los árboles y estaba llena de animales, pájaros, peces y muchas otras criaturas. Pero, a pesar de ello Niu-kua se sentía soledad. Ella descendió y cogió un pedazo de tierra, la mezcló con agua y la moldeó hasta formar una figura a su semejanza. A medida que la iba amasando, la figura cobraba vida, hasta que se convirtió en el primer ser humano. Niu-kua estaba tan complacida con su creación que continuó elaborando más figuras, tanto de hombres, como de mujeres. Ellos danzaron alrededor de Niu-kua llenos de gozo y agradecimiento y dejó de sentir soledad. Sin embargo, no es este el aspecto que más nos interesa de la diosa Niu-kua.
     En algunas interpretaciones de la leyenda, Niu-kua aparece al mismo tiempo como la hermana y la esposa de Fu-hi, el legendario gobernante que enseñó al ser humano a domesticar a los animales y el que le mostró el matrimonio. Niu-kua y Fu-hi fueron pintados como con colas de serpiente entrelazadas y con un niño entre ellos, en un mural de la Dinastía Han del Este (25-220 d. C.) en el templo de Wu-liang en el pueblo de Jiaxiang (provincia de Shadong).
     Otro relato, más relacionado con el tema de este Cuaderno Didáctico, nos cuenta cómo Niu-kua arregló el cielo. Según esta leyenda, dos deidades estaban en guerra: Gong-Gong, dios del agua, y Zhu-Rong, el dios del fuego. Estos dioses, ferozmente enfrentados, lucharon por todas partes del cielo y de la tierra, causando en todo lugar desorden y destrozos. El dios del fuego ganó, y, encolerizado, el dios del agua, golpeó la cabeza de Zhu-Rong contra la montaña Buzhou (una cumbre mítica). La montaña se derrumbó y así el gran pilar que sostenía al cielo y lo sujetaba, cayó. Como consecuencia de aquello, la mitad del cielo se desplomó, dejando un enorme agujero negro. De repente, llegó un gran caos, la tierra se agrietó, los bosques ardieron en llamas, las serpientes y otros criaturas feroces atacaban a los humanos. Muchas personas ardieron, otros se ahogaron, y muchos más fueron devorados por las bestias. Fue un desastre sin precedentes. La diosa Niu-Kua, afectada por lo que le estaba sucediendo a la humanidad y por su sufrimiento y dolor, decidió arreglar el desastre y enmendar el cielo, terminando así con aquella catástrofe. Para ello, mezcló varios tipos de piedras de colores y con la mezcla resultante reparó el cielo. Entonces, mató a una tortuga gigante y utilizó sus cuatro enormes patas para sostener el trozo de cielo caído. Además, cogió un dragón y lo mató, con la finalidad de espantar al resto de las malas bestias. Finalmente, recogió y quemó una gran cantidad de juncos; con sus cenizas paró la inundación desbordada para que la gente pudiera vivir de nuevo feliz.
     En otras versiones, se hace referencia a Niu-kua como hermana de Fu-hi y se les describe como seres superiores con forma de dragón, generalmente unidos por sus colas. Según explica una de esas legendas, se produjo un diluvio y éste provocó un gran desastre (es necesario señalar que la idea del diluvio también está presente en otras culturas, recordemos el «Poema de Gilgamesh» o el «Antiguo Testamento»). Niu-kua reparó el cielo con piedras de cinco colores y cortó las patas de una gran tortuga para levantar cuatro columnas en los cuatro polos. Después mató al dragón negro (Kong-kong) para salvar al mundo y acumuló gran cantidad de cenizas para detener las aguas.

     El único elemento dejado de aquel desastre, según cuenta la legenda, fue que el cielo quedó inclinado hacia el noroeste y la tierra hacia el sureste, y esto explica que, desde entonces, el sol, la luna y todas las estrellas vayan hacia el oeste y los ríos fluyan hacia el sureste. En este caso, el mito de la diosa Niu-kua, se utiliza para explicar un fenómeno natural, igual que el mito egipcio del dios escarabajo Khepri explica el surgimiento del sol cada mañana, su avance por el cielo durante el día y su puesta al anochecer. Recordemos que el hombre en la antigüedad no podía conocer bien algunos fenómenos de la naturaleza y recurría a los mitos para poder explicarlos.

El Emperador Huang-ti

     Los chinos frecuentemente se describen a sí mismos como los descendientes de Huang-ti (también encontrado como Huang Di), el «Emperador Amarillo», un personaje mitad ficticio, mitad real, al cual se le atribuye la fundación de la nación china hacia el 4000 a. C., aproximadamente. Historias extravagantes han surgido en torno a su persona y una colección de legendas escrita en el Periodo de los Estados Combatientes (475-221 a. C.) nos da cuenta de ello. Huang-ti vivió en un maravilloso palacio en las Montañas Kunlun en el oeste, con un celeste guardián en la puerta que tenía la cara de un hombre, el cuerpo de un tigre y nueve colas. Las Montañas Kunlun estaban llenas de pájaros y animales raros y exóticas flores y plantas, y Huang-ti tenía una mascota, un pájaro que le ayudaba a cuidar su ropa y efectos personales.
     A Huang-ti se le atribuye la invención del carreta, el bote y el carro que apuntaba al sur, un carro que tenía un mecanismo guía que hacía que siempre indicase al sur sin importar hacia donde fuese el carro. En otras fuentes también se le atribuye la creación de la humanidad o invención de la escritura o el compás. A Huang-ti también se le atribuye el descubrimiento de las leyes de la astronomía y el diseño del primer calendario utilizado por los chinos. Aparentemente, el estímulo de las iniciativas de personas con talento fue una cosa muy apreciada en aquella época y las menciones sobre Huang-ti, nos indican que éste era uno de los aspectos importantes de este emperador. El «Emperador Amarillo» se ha convertido en el símbolo de la cultura china y representante de sus talentos. También la mujer de Huang-ti, Lei Zu, realizó su propia contribución a la humanidad, ya que enseñó a la gente la recogida del gusano de seda y la instalación de talleres para la fabricación de telas de seda. Una teoría reciente señala que Huang-ti pudo ser el líder real de una confederación tribal de la cultura neolítica de Yangshao.


     Uno de los relatos más conocidos sobre Huang-ti, nos narra cómo este personaje encargó a Tch'ong-li romper la comunicación entre la tierra y el cielo, a fin de que cesaran los descensos de los dioses. Según esta leyenda, en una época primordial, anterior al mundo tal y como lo conocemos, el cielo y la tierra estaban muy próximos entre sí. Así, los dioses podían descender a la tierra y los seres humanos llegar al cielo, escalando una montaña, o bien subiendo a un árbol o utilizando una liana larguísima. Los dioses descendían a la tierra para oprimir a los hombres; los espíritus también podían bajar a la tierra, con lo cual las posesiones eran frecuentes. En esta leyenda, Huang-ti es en parte responsable en esa separación entre el cielo y la tierra, con lo cual se convierte en héroe, ya que libera al hombre de esas opresiones y desórdenes. Además, al ordenar a Tch'ong-li la separación del cielo y la tierra, participa en la organización del mundo tal y como lo conocemos en la actualidad.
     Pero, esta idea de un mundo anterior, primitivo era descrito en otras variantes de este mito como un paraíso deseable, que a lo largo de los tiempos se ha querido restaurar. Ese paraíso desaparece como consecuencia de algún desastre, que se desconoce y que provocó que el cielo se separase brutalmente de la tierra. Pudiera ser que a causa de ese desastre, se cortasen las cuerdas, o los árboles fuesen destrozados, o bien desapareciese la montaña que permitía el contacto del cielo y la tierra. Sin embargo, algunas personas privilegiadas (chamanes, sabios, reyes...) pudieron mantener el contacto con el cielo, mediante técnicas de concentración, el éxtasis o por cualidades especiales.
     En otras versiones, Huang-ti se formó a partir de la fusión de las energías que marcaron el inicio del mundo.
     La idea fundamental es que este mito forma parte de la cosmogonía china, porque nos explica la separación entre el cielo y la tierra, siendo una fase más en el proceso de formación y ordenación de nuestro mundo.

El Emperador Yu y el control de las aguas


     Dentro de la mitología china la labor de expulsar de la tierra a los elementos del mal (serpientes y otros seres mitológicos), también se considera parte de una cosmogonía. Así, podemos seguir la huella de la creación y ordenación del mundo a partir de algunas de las historias conocidas sobre el Emperador Yu «el Grande».
     Según cuenta la leyenda, el mundo, en tiempos del Emperador Yu, todavía no tenía el aspecto actual. Según nos relata Mencio (discípulo de Confucio que vivió entre el 371 y el 289 a. C.), Yu «cavó la tierra e hizo fluir (las aguas) hacia los mares, expulsó las serpientes y los dragones y los confinó en las marismas». Yu es el encargado de expulsar a las fuerzas del mal y él es el héroe que organiza la sociedad, tal y como la conocemos.


     Benito Jerónimo Feijoo en su obra Teatro Crítico Universal, Tomo VIII, Discurso XII dedica al Emperador Yu un breve apunte que es el que sigue:
     
     El Emperador Yu, que sucedió a Chum, arribó al Trono, saliendo del mismo término, y siguiendo el mismo camino. Hallábanse en aquel tiempo muchos territorios bajos inundados de agua, por lo que aquella Región perdía mucho terreno. Yu halló el secreto de abrir diversos canales para derribar aquellas aguas al Mar, y después para fertilizar con ellas otras tierras. Sobre esto escribió varios Libros de instrucciones útiles de Agricultura. Estos méritos, juntos a otras buenas partidas, movieron a Chum, para elegirle por sucesor. Basta ya de honra de la Agricultura: vamos al provecho.
     
     Volvemos aquí a encontrarnos con el conflicto presente en buena parte de los mitos. Hay una parte de la leyenda con base histórica y otra parte ficticia. Al Emperador Yu se le atribuye una labor que puede partir de algún hecho real, pero en ese acto están involucrados personajes y situaciones fantásticas. Así, según el relato chino, Yu estuvo trece años controlando las aguas y en su obra empleó al dragón alado, animal sagrado en la mitología china, para el dragado. Con el fin de abrir un camino en una montaña escabrosa, Yu se transformó en un oso y logró culminar el gran trabajo que un hombre común no hubiese podido realizar. Por su destacada labor, Yu obtuvo el respeto de los habitantes, que lo bautizaron como «Yu, el Grande» y lo veneraron como dios de la comunidad. Su historia rompió los límites de su tribu y fue conocido en otros lugares.
     En otra fuentes, Yu aparece como una divinidad hermafrodita que hizo de la Tierra un lugar habitable para el ser humano. Según esta versión, esta deidad creó los caminos a través de las montañas, abriendo pasos con su fuerza tras adoptar la forma de oso. Yu, bajo la forma de serpiente, desvió las aguas del Río Amarillo hacia el abismo.
     Podemos aseverar que en general, los mitos o leyendas de la antigüedad china reflejan en cierto grado la lucha del hombre en la naturaleza y, ocasionalmente, se les atribuye a los personajes una fuerza sobrenatural.

El mito de Yi y los diez soles

     El mito de Yi es otro ejemplo de un ser humano que por sus hazañas y facultades, acaba convirtiéndose en un héroe admirado en la cultura china.
     Según la tradición china, Yi era un hombre muy conocido en su tiempo por su destreza en el manejo del arco. En época de Yi aparecieron en el cielo diez soles cuyos rayos fueron letales para muchas plantas y a consecuencia de ello, se perdieron muchos campos. Además, temibles bestias pisoteaban ferozmente lo que encontraban a su paso. Estos monstruos causaban infinitos destrozos y daños al pueblo. Para solucionar aquel desastre, Yi cogió su arco y disparó nueve flechas con las que derribó nueve soles. Después se enfrentó a todos los monstruos y los derrotó. Por estas valientes obras, Yi fue respetado como un dios.
     Otras versiones de este mito cuentan que existieron diez soles y cada uno de ellos se turnaban para aparecer en el cielo: uno en cada uno de los diez días de la semana. Al cabo de los años, los diez soles decidieron a parecer en el firmamento al mismo tiempo. Ello provocó un calor insoportable, tanto que la vida en la Tierra sería imposible. Di Jun, el padre de los diez soles, envió a un arquero con un arco y flechas mágicas para asustar a los soles y que volviesen a la normalidad. A pesar de la voluntad de Di Jun, Yi disparó nueve flechas, dejando en el cielo solamente a un sol, que es el que nosotros vemos actualmente. Al ver como sus hijos habían muerto, Di Jun se enfadó tanto con Yi que lo expulsó de los cielos y Yi desde entonces vivió en la tierra como un mortal más.


El origen del mundo en la cosmogonía China

China, una sociedad en debate interno

     Desde el punto de vista geográfico, China tiene una extensión que casi equivale a toda Europa, y dado su vasto territorio podemos entender su variedad climática, ya que en China encontramos casi todos los tipos de climas (templado, subtropical, tropical y ecuatorial). Esa gran extensión también nos ayuda a entender su gran variedad étnica; en China conviven hasta 56 etnias diferentes (manchúes, zhuang, tibetanos...), siendo la más numerosa la han que supone el 92% de la población.
     China es un país en proceso de cambio y éste es el rasgo principal de su sociedad, de su economía y de su política. Aparece ante nuestros ojos como una anomalía, ya que tras la caída del comunismo, y frente al resto de países que mantienen este régimen político en Oriente (Vietnam o Corea del Norte), China está cada vez más integrada en la comunidad internacional. El éxito de las reformas económicas, que ha permitido evitar el malestar social y la crisis, nos ayuda a comprender las diferencias.
     Pero en este país gigante, con 1.200 millones de habitantes, la sociedad está inmersa en un debate interno, entre el mantenimiento de la propia identidad y la necesaria modernización. La historia de China como nación puede remontarse hasta el siglo XVI a. C., momento en el que se fundó la dinastía Chang. Desde entonces y hasta la proclamación de la República Popular China por Mao Zedong el 1 de octubre de 1949, se sucedieron una serie interminable de reinos y dinastías que han marcado profundamente las tradiciones y las costumbres chinas, caracterizadas, hasta entonces, por su inmovilismo. Tras la revolución comunista y bajo el sistema de la República Popular de Mao, se iniciaron una serie de profundas reformas económicas, administrativas, sociales, etc... que han terminado con el viejo orden. Tras la era moísta, China entra en una fase caracterizada por la moderación, pero en la cual las reformas continúan. En menos de un siglo se han resquebrajado tradiciones milenarias. Así, los chinos viven un debate interno entre tradición y modernización, entre el inmovilismo y el cambio, entre Oriente y Occidente, entre el comunismo y el capitalismo...
     En el presente Cuaderno Didáctico nos acercaremos a la tradición de esta sociedad milenaria con un interés antropológico y desde el punto de vista de sus creencias y en concreto, desde su concepción cosmogónica.

La religión china y los mitos
     La religión China es politeísta y sincrética, y, a pesar de que dominan el Taoísmo y el Budismo, la sociedad de este ingente país nunca ha rechazado la incorporación de otras religiones indígenas o foráneas (el Cristianismo, por ejemplo). A pesar de que aparentemente cada religión defiende una doctrina diferente, algunas de ellas no pueden diferenciarse estrictamente. La sociedad y la religión chinas han sido capaces de cohesionar creencias que en principio pudieran ser opuestas, lo cual revela su carácter sincrético. En este Cuaderno Didáctico dedicamos un apartado a cada una de las principales religiones del mundo y por lo tanto, en este estudio dedicado a China, no vamos a profundizar más en las doctrinas de cada religión.

     No disponemos de ningún mito de creación y ordenación del mundo en sentido estricto, pero sí podemos reconstruir algún mito referente a dioses y seres creadores: P'an-Ku (también conocido como Pan-gu), Niu-kua... Además, contamos en la tradición china con relatos y leyendas de reyes, emperadores o héroes mitológicos en los que aparece alguna referencia al proceso de formación y organización del mundo tal y como lo conocemos; por ejemplo la historia de Yu «el Grande» o la leyenda de Huang-ti. La ilimitada imaginación de los hombres distorsionaba los acontecimientos y así surgieron estos mitos que con el tiempo se transformaron en leyendas.

El mito del enorme huevo cósmico


Hemos hallado distintas versiones del mismo mito, pero todas ellas coinciden básicamente en la presentación de una misma idea: encontramos un mito, que como muchos otros, nos lleva a la forma de caos preexistente, a un Universo original sin definir (el huevo cósmico), donde reside un ser superior (P'an-Ku), de cuya acción y sacrificio procede nuestro Universo (ordenó el mundo y al romperse el huevo, P'an-Ku murió). La primera mención de esta legenda, la encontramos en el libro de Xu Zheng en el Periodo de los Tres Reinos (220-265 d. C.).
 En la cultura china este mito está muy arraigado, incluso hay una frase hecha a partir del mismo: «Desde que P'an-Ku creó el cielo y la tierra», para significar desde hace mucho tiempo.     En una de las variantes del mito encontradas, se nos relata que al principio, los cielos y la tierra eran solamente uno y todo era caos. El Universo era como un enorme huevo negro, que llevaba ren su interior a P'an-Ku. Tras 18.000 años P'an-Ku se despertó de un largo sueño. Se sintió sofocado, por lo cual empuñó un hacha enorme y la empleó para abrir el huevo. La luz, la parte clara, ascendió y formó los cielos, la materia fría y turbia permaneció debajo para formar la tierra. P'an-Ku se quedó en el medio, con su cabeza tocando el cielo y sus pies sobre la tierra. La tierra y el cielo empezaron a crecer a razón de diez pies al día, y P'an-Ku creció con ellos. Después de otros 18.000 años el cielo era más grande y la tierra más gruesa; P'an-Ku permaneció entre ellos como un pilar gigantesco, impidiendo que volviesen a estar unidos. El relato sigue contando cómo Pan-Ku falleció y distintas partes de su organismo, se transformaron en elementos de nuestro mundo. Su aliento se transformó en el viento y las nubes, su voz se convirtió en el trueno. De su cuerpo, un ojo se transformó en el sol y el otro en la luna. Su cuerpo y sus miembros, se convirtieron en cinco grandes montañas y de su sangre se formó el agua. Sus venas se convirtieron en caminos de larga extensión y sus músculos en fértiles campos. Las interminables estrellas del cielo aparecieron de su pelo y su barba, y las flores y árboles se formaron a partir de su piel y del fino vello de su cuerpo. Su médula se transformó en jade y en perlas. Su sudor fluyó como la generosa lluvia y el dulce rocío que alimenta a todas las cosas vivas de la tierra.
     En otras versiones del mito de P'an-Ku, sus lágrimas fluyeron para convertirse en ríos y el resplandor de sus ojos se transformó en el trueno y el relámpago. Según esta interpretación, cuando P'an-Ku estaba contento brillaba el sol, pero cuando estaba enfadado negras nubes cubrían el cielo.
    También la aparición del ser humano, se explica en este mito de P'an-Ku, ya que según algunos relatos, las pulgas y los piojos que P'an-Ku tenía en su cuerpo, se convirtieron en los antecesores de la humanidad.
     En otras interpretaciones P'an-Ku es descrito como el gigante chino que nació como un enanito dentro del primitivo huevo cósmico. La parte superior del huevo formó los cielos (Yang) y la parte inferior formó la Tierra. P'an Ku creció diez pies por día y empujó la cáscara del huevo un poco más y un poco más. Entonces, transcurridos 13.000 años (en vez de los 18.000 de las versiones anteriores) P'an-Ku estalló. Sus ojos se convirtieron en el sol y la luna (en esta parte sí coincide con otros relatos); su cabeza se transformó en las cuatro montañas sagradas (en otras versiones son cinco); su sangre dio lugar a los mares y los ríos; de su pelo se formaron los campos y los árboles; su aliento se transformó en el viento, su sudor en la lluvia y su voz en el trueno. Las pulgas que vivían en su cuerpo eran los antecesores de los seres humanos.

 Encontramos una variante de este mito que nos relata que P'an-Ku se formó a partir de los cinco elementos, y que él creó la tierra y el cielo con el cincel y el martillo. La tradición taoísta suele representar a P'an-Ku como un ser primitivo velludo que lleva un gran martillo con el cual rompe la roca primigenia.
     Algunos estudiosos consideran que su origen está en el sur de China o en el sureste asiático y hay zonas del sur de China donde el culto a P'an-Ku todavía pervive, levantándose multitud de templos y pabellones en su honor. Entre esos pueblos, donde la leyenda de P'an-Ku está muy extendida, P'an-Ku es representado como un ser con cuerpo de hombre y cabeza de perro y se le conoce con el nombre de rey Pan. En una de esas leyendas, se cuenta que P'an-Ku se casó con una princesa como recompensa por traer la cabeza de l rey Fang al rey Gao Xin, quien había prometido la mano de su hija a quien le trajese la cabeza de su enemigo, y fue P'an-Ku quien realizó tal empresa. Pero la princesa no quería ser vista con aquel ser, con cuerpo de hombre y cabeza de perro, y se mudaron a las lejanas montañas del sur de China. Allí pudieron vivir felices y tuvieron tres niños y una niña.
     Como se señala anteriormente, los relatos coinciden en múltiples detalles, pero también contienen datos diferentes, sin embrago en todos ellos apreciamos que es P'an-Ku el creador del Universo y que nuestro mundo existe gracias a su sacrificio. El huevo cósmico donde se formó P'an-Ku es un claro ejemplo de la idea de caos primitivo (el «enorme huevo negro», mencionado en la primera versión expuesta de este mito). En el mito de creación de P'an-Ku también encontramos la idea de la formación de la tierra y el cielo a partir de la separación de la materia original y primitiva. Por otro lado, esta leyenda china recuerda al mito nórdico del gigante Ymir, ya que en ambos casos, la tierra, el cielo y otros elementos de la naturaleza (la lluvia, los árboles...) Surgen como restos corporales de esos seres primitivos.