Versión de Pedro de Cieza de León*
De cómo remanecieron en Pacarec Tampu ciertos hombres y mugeres,
y de lo que cuentan que hicieron después que de allí salieron.
". . .remanecieron en una parte que ha por nombre Pacarec Tampu, ques
no muy lejos de la ciudad del Cuzco, tres hombres y tres mugeres. Y según se
puede interpretar, Pacarec Tampu quiere tanto decir como casa de producimiento.
Los hombres que de allí salieron dicen ser Ayar Uchú el uno y el otro Ayar
hache arauca y el otro dicen llamarse Ayar Manco: las mujeres, la una había
por nombre Mama Huaco, la otra Mama Cora, la otra Mama Rahua. Algunos
indios cuentan estos nombres de otra manera y en más número, mas yo a lo
que cuentan los orejones y ellos tienen por tan cierto me allegara (sic), porque
lo saben mejor que otros ningunos. Y así, dicen que salieron vestidos de unas
mantas largas y unas a manera de camisas sin collar ni mangas, de lana riquísima,
con muchas pinturas de diferentes maneras, que ellos llaman tucapu, que
en nuestra lengua quiere decir vestidos de reyes; y quel uno destos señores sacó
en la mano una honda de oro y en ella puesta una piedra; y que las mugeres
salieron vestidas tan ricamente como ellos y sacaron mucho servicio de oro.
Pasando adelante con esto, dicen más, que sacaron mucho servicio de oro y quel
uno de los hermanos, el que nombraban Ayar Uchú, habló con los otros hermanos
suyos para dar comienzo a las cosas grandes que por ellos habían de ser
hechas, porque su presunción era tanta que pensaban hacerse únicos señores
de la tierra; y por ellos fue determinado de hacer en aquel lugar una nueva población,
a la cual pusieron por nombre Pacarec Tampu; y fue hecha brevemente,
porque para ello tuvieron ayuda de los naturales de aquella comarca;
y , andando, los tiempos, pusieron gran cantidad de oro puro y en joyas
con otras cosas preciadas en aquella parte, de lo cual hay fama que hobo mucho
del lo Hernando Pizarro y don Diego de Almagro el mozo.
Y volviendo a la historia, dicen quel uno de los tres, que ya hemos dicho
llamarse Ayar Cachi, era tan valiente y tenía tan gran poder que con la honda
que sacó, tirando golpes o lanzando piedras, derribaba los cerros y algunas
veces que tiraba en alto ponía las piedras cerca de las nubes, lo cual, como
por los otros dos hermanos fuese visto, les pesaba pareciéndoles que era afrenta
suya no se igualar en aquellas cosas; y así apasionados con la envidia, dulcemente
le rogaron con palabras blandas, aunque bien llenas de engaño, que
volviese a entrar por la boca de una cueva donde ellos tenían sus tesoros, a
traer cierto vaso de oro que se les había olvidado y a suplicar al sol, su padre
les diese ventura próspera para que pudiesen señorear la tierra. Ayar Cachi,
creyendo que no había cautela en lo que sus hermanos le decían, alegremente
fue a hacer lo que dicho le habían y no había bien acabado de entrar en
la cueva cuando los otros dos cargaron sobre él tantas piedras que quedó
sin más parecer; lo cual pasado, dicen ellos por muy cierto que la tierra
tembló en tanta manera que se hundieron muchos cerros, cayendo sobre
los valles.
Hasta aquí cuentan los orejones sobre el origen de los Incas, porque
como ellos fueron de tan gran presunción y hechos tan altos, quisieron
que se entendiese haber remanecido desta suerte y ser hijos del sol; donde
después, cuando los indios los ensalzaban con renombres grandes, les llaman
¡Ancha hatun apu, ¡ntipchurü, que quiere en nuestra lengua decir:
¡Oh muy gran señor, hijo del solí Y lo que yo para mi tengo que se deba
creer de esto questos fingen, será que, así como en Hatuncollao se
levantó Zapana y en otras partes hicieron lo mismo otros capitanes valientes,
questos Incas que remanecieron debieron ser algunos tres hermanos
valerosos y esforzados y en quien hobiese grandes pensamientos,
naturales de algún pueblo destas regiones o venidos de la otra parte de
las sierras de los Andes; los cuales, hallando aparejo, conquistarían y ganarían
el señorío que tuvieron; y aún sin esto, podría ser lo que se cuenta
de Ayar Cachi y de los oíros ser encantadores, que sería causa de por par
te del Demonio hacer lo que hacía. En fin, no podemos sacar delios otra
cosa questo.
Pues luego que Ayar Cachi quedó dentro en la cueva, los otros dos
hermanos suyos acordaron, con alguna gente que se les había llegado, de
hacer otra población, la cual pusieron por nombre Tampu Guiru, que en
nuestra lengua querrá decir dientes de aposento o de palacio; y así, débese entender
questas poblaciones no eran grandes ni más que algunas fuerzas pequeñas.
Y en aquel lugar estuvieron algunos días, habiéndoles ya pesado con haber
cenado de sí a su hermano Ayar Cachi, que por otro nombre dicen llamarse
Huanacaure.
Cómo estando los dos hermanos en Tampu Guiru vieron salir con
alas de pluma al que habían con engaño metido en la cueva, el
cual Íes dijo fuesen a fundar la gran ciudad dei Cuzco; y cómo pareieron
de Tampu Cuiru.
Prosiguiendo ¡3 relación que yo tomé en e! Cuzco, dicen los orejones que,
después de haber asentado en Tampu Quiru los dos Incas, sin se pasar muchos
días, descuidados ya de más ver [a] Ayar Cachi, lo vieron venir por el ayre con
alas grandes de pluma pintadas. Y ellos, con gran temor que sú visita les
causó, quisieron huir; más él les quitó presto aquel pavor, diciéndoles; "No
temáis ni os acongojéis, que yo no vengo sino porque comience a ser conocido
el imperio de los Incas: por tanto, dejad, dejad esa población que hecho habéis
y anrtatí más abajo hasta que veáis un valle, adonde luego fundad el Cuzco,
ques lo que ha de valer; porquestos son arrabales, y de poca importancia, y
aquella será la ciudad grande, donde el templo suntuoso se ha de edificar y ser
tan servido, honrado y frecuentado, quel sol sea el alabado; y porque yo siempre
tengo de rogar a Dios por vosotros y ser parte para que con brevedad alcancéis
gran señorío, en un cerro questá cerca de aquí me quedaré de la forma y
manera que me veis, y será para siempre por vos y vuestros descendientes santificado
y adorado y llamarle héis Guanacaure; y en pago de las buenas obras
que de mi habéis recibido, os ruego para siempre me adoréis por Dios y en él
me hagáis altares, donde sean hechos los sacrificios; y haciendo vosotros esto,
seréis en la guerra por mí ayudados; y la señal que de aquí adelante tenéis para
ser estimados, honrados y temidos, será horadaros las orejas de la manera
que agora me veréis Y así, luego, dicho esto, dicen que les pareció verlo
como unas orejeras de oro, el redondo del cual era como un geme.
Los hermanos, espantados de lo que veían, estaban como mudos, sin
hablar; y al fin, pasada la turbación respondieron que eran contentos de hacer
lo que mandaba, y luego a toda prisa se fueron al cerro que llaman de Guanacaure,
al cual desde entonces hasta ora tuvieron por sagrado; y en lo más alto del
volvieron a ver fa] Ayar Cachi -que sin dubda debió de ser algún demonio,
si esto que cuentan en algo es verdad, y, permitiéndolo Dios, debajo destas falsas
apariencias les hacía entender su deseo, quera que le adorasen y sacrificasen,
ques lo quél más procura— y les tornó a hablar, diciéndoles que convenía que
tomasen la bolrra y corona del imperio los que habían de ser soberanos señores
y que supiesen cómo en tal acto se ha de hacer para los mancebos ser armados
caballeros y ser tenidos por nobles. Los hermanos respondiéronle que
ya habían primero dicho que en todo su mandado se cumpliría y en señal de
obidiencia, juntas las manos y las cabezas inclinadas, le hicieron la mocha, o reverencia
para que mejor se entienda; y porque los orejones afirman que de aquí
les quedó el tomar de la bolrra y el ser armados caballeros, pornélo en este lugar
y servirá para no tener necesidad de lo tornar en lo de adelante a reiterar; y
puédese tener por historia gustosa y muy cierta, por cuanto en el Cuzco Manco
Inca tomó la bolrra o corona suprema y hay vivos muchos españoles que se hallaron
presentes a esta cirimonia e yo lo he oído a muchos dellos. Es verdad
que los indios dicen también quen tiempo de los reyes pasados se hacía con
mas solenidad y preparamientos y juntas de gentes y riquezas tan grandes que
no se puede ¡numerar.
Según parece, estos señores ordenaron esta orden para que se tomase la
bolrra o corona y dicen que Ayar Cachi en el mismo cerro de Guanacaure se vistió
de aquesta suerte: el que había de ser Inca se vistía en un día de una camisola
negra, sin collar, de unas pinturas coloradas; y en la cabeza con una trenza
leonada se ha de dar ciertas vueltas y cubierto con una manta larga leonada ha de
salir de su aposento e ir al campo a cojer un hace de paja y ha de tardar todo
el día en traerlo sin comer ni beber, porque ha de ayunar, y la madre y hermanas
del que fuere Inca han de quedar hilando con tanta priesa, que en aquel propio
día se han de hilar y tejer cuatro vestidos para el mesmo negocio y han de
ayunar sin comer ni beber las que en esta obra estuvieren. El uno destos vestidos
han de ser la camiseta leonada y la manta blanca y el otro ha de ser azul con flocaduras
y cordones. Estos vestidos se ha de poner el que fuere inca y ha de ayunar
el tiempo establecido que es un mes, y a este ayuno llaman zaziy, el cual se
hace un aposento del palacio real sin ver lumbre ni tener ayuntamiento con muger;
y estos días del ayuno las señoras de su linage han de tener muy gran cuidado
en hacer con sus propias manos mucha cantidad de su chicha, ques vino hecho
de maíz, y han de andar vestidos ricamente. Después de haber pasado el
tiempo del ayuno sale el que ha de ser señor, llevando en sus manos una alabarda
de plata y oro, y va a casa de algún pariente anciano a donde le han de ser tresquilados
los cabellos; y vestido una de aquellas ropas salen del Cuzco, a donde
se hace esta fiesta, y van al cerro de Guanacaure, donde decimos questaban los
hermanos, y hechas algunas cirimonias y sacrificios se vuelven a donde está aparejado
el vino, donde lo beben; y luego sale el Inca a un cerro nombrado. Anaguar
y desde el principio del va corriendo, porque vean cómo es ligero y será valiente
en la guerra, y luego baja del trayendo un poco de lana atado a una alabarda
en señal que cuando anduviere peleando con sus enemigos ha de procurar de
traer los cabellos y cabezas dellos. Hecho esto iban al mesmo cerro de Guanacaure
a cojer paja muy derecha, y el que había de ser rey tenía un manojo grande
della de oro, muy delgada y pareja, y con ella iba a otro cerro llamado Yahuira, a
donde se vestía otra de las ropas ya dichas y en la cabeza se ponía unas trenzas o
llautu que llaman pillaca, ques como corona, debajo del cual colgaban unas orejas
de oro, y encima se ponía un bonete de plumas cosido como diadema, que
ellos llaman puruchuco y en la alabarda ataban una cinta de oro larga que llegaba
hasta el suelo, y en los pechos llevaba puesta una luna de oro; y desta suerte, en
presencia de todos los que all í se hallaban, mataba una oveja cuya sangre y carne
repartían entre todos los más principales para que cruda la comiesen; en lo cual
significaban que, si no fuesen valientes, que sus enemigos comerían sus carnes de
la suerte que ellos habían comido la de la oveja que se mató. Y allí hacían juramento
solene a su usanza, por el sol, de sustentar la orden de caballería y por la
defensa del Cuzco morir, si necesario fuese; y luego les abrían las orejas, poniéndolas
tan grandes que tiene un geme cada una dellas en redondo; y hecho esto,
pónense unas cabezas de leones fieros y vuelven con gran estruendo a la plaza del
Cuzco, en donde estaba una gran maroma de oro que la cercaba toda, sosteniéndose
en horcones de plata y de oro; en el comedio desta plaza bailaban y
hacían grandísimas fiestas a su modo y andaban los que habían de ser caballeros
cubiertos con las cabezas de leones que tengo dicho, para dar a entender que
serían valientes y fieros como lo son aquellos animales. Dando fin a estos bailes,
quedan armados caballeros y son llamados orejones y tienen sus privilegios
y gozan de grandes libertades y son dignos, si los eligen, de tomar la corona, ques
la borla; la cual cuando se da al señor que lo ha de ser del imperio, se hacen
mayores fiestas y se junta gran número de gente, y el que ha de ser emperador
ha primero de tomar a su misma hermana por muger, porquel estado real no
suceda en linaje bajo, y hace el zaziy grande, ques el ayuno. Y en el Ínter que
estas cosas pasan, porque estando el Señor ocupado en los sacrificios y ayunos
no sale a entender en los negocios privados y de gobernación, era ley entre los
Incas que cuando alguno fállesefa o se daba a otro la corona o borla, que pudiese
señalar uno de los principales varones del pueblo y que tuviese maduro
consejo y gran autoridad, para que gobernase todo el imperio de los Incas,
como el mesmo señor, durante aquellos días; y a éste tal le era permitido tener
guarda y hablalle con reverencia. Y hecho esto, y recibidas las bendicio
nes en el templo de Curicancha, recibe la borla, que era grande y salía del llautu
que tenía en la cabeza cubriéndole hasta caer encima de los ojos, y éste era
tenido y reverenciado por soberano. Y a las fiestas se hallaban los principales
señores que había en más de cinco leguas quel los mandaron párese ía en el
Cuzco grandísima riqueza de oro y plata y pedrería y plumajes, cercándole
toda la gran maroma de oro, y la admirable figura del sol, que era todo de
tanta grandeza que pesaba, a lo que afirman por cierto los indios, más de cuatro
mil quintales de oro; y si no se daba la borla en el Cuzco tenían al que se
llamaba Inca por cosa de burla, sin tener su señorío por cierto, y así, Atahuallpa
no es contado por rey, aunque como fue de tanto valor y mató tanta gente
por temor fue obedecido de muchas naciones.
Volviendo a los questaban en el cerro de Guanacaure, después de Ayar
Cachi les hobo dicho que la manera que habían de tener para ser armados caballeros,
cuentan los indios que, mirando contra su hermano Ayar Manco, le
dijo que se fuese con las dos mugeres al valle que dicho le había, a donde luego
fundase el Cuzco, sin olvidar de venir faj hacer sacrificios [a] aquel lugar;
como primero rogado le habían; y que como esto hobiese dicho, así él como
el otro hermano se convirtieron en dos figuras de piedras, que demostraban
tener talles de hombres, lo cual visto por Ayar Manco, tomando sus mugeres
vino a donde agora es el Cuzco a fundar la ciudad, nombrándose y llamándose
dende adelante Manco Cápac, que quiere decir rey y señor rico.
Cómo después que Manco Capac vio que sus hermanos se habían
convertido en piedras vino a un valle donde encontró algunas gentes,
y por él fue fundada y edificada la antigua y muy riquísima ciudad
del Cuzco, cabeza principal que fue de todo el imperio de los
Incas.
Reídome he de lo que tengo escripto destos indios: yo cuento en mi escriptura
lo que ellos a mí contaron por la suya y antes quito muchas cosas que
añido una tan sola. Pues como Manco Capac hobiese visto lo que de sus hermanos
había sucedido y llegase al valle donde agora es la ciudad del Cuzco, alzando
los ojos al cielo, dicen los orejones que pedía con grande humildad al sol
que le favoreciese y ayudase en la nueva población que hacer quería y que, vueltos
los ojos hacia el cerro de Guanacaure, pedía lo mesmo a su hermano, que ya
lo tenía y reverenciaba por dios, y mirando en el vuelo de las aves y en las señales
de las estrellas y en otros prodigios lleno de confianza, teniendo por cierto
que la nueva población había de florecer y él ser tenido por fundador della y
padre de todos los Incas que en ella habían de reinar. Y así, en nombre de su
Ticiviracocha y del sol y de los otros sus dioses, hizo la fundación de la nueva
ciudad, el original /origen?] y principio de la cual fue una pequeña casa de piedra
cubierta de paja que Manco Cápac con sus mugeres hizo, a la cual pusieron
por nombre Curicancha, que quiere decir cercado de oro, lugar donde después
fue aquel tan célebre y tan riquísimo templo del sol y que agora es monesterio
de frayles de la orden de Santa Domingo; y tiénese por cierto que, en el tiempo
questo por Manco Inca Cápac se hacía, había en la comarca del Cuzco indios
en cantidad; mas como él no les hiciese mal ni ninguna molestia no le impedían
la estada en su tierra, antes se holgaban con él; y, así, Manco Cápac entendía en
hacer la casa ya dicha y era dado a sus religiones y culto de sus dioses y fue de
gran presunción y de persona que representaba gran autoridad.
La una de sus mugeres fue estéril, que nunca se empreñó; en la otra hobo
tres hijos varones y una hija: el mayor fue nombrado Inca Roca Inca y la hija
Ocllo, y los nombres de los otros dos no cuentan ni dicen más de que casó al
hijo mayor con su hermana; a los cuales mostró lo que habían de hacer para ser
amados de los naturales y no aborrecidos y otras cosas grandes. En este tiempo,
en Huatuncollao se habían hecho poderosos los descendientes de Zapana y con
tiranía querían ocupar toda aquella comarca. Pues como el fundador del Cuzco,
Manco Capac, hobo casado a sus hijos y allegado a su servicio algunas gentes
con amor y buenas palabras, con los cuales engrandeció la casa de Cuneancha,
después de haber vivido muchos años murió estando ya muy viejo y le
fueron hechas las obsequias con toda sumptuosidad, sin lo cual se le hizo un
buto para reverencial le como a hijo del sol.
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