sábado, 23 de marzo de 2019

El médano Blanco

En el distrito de Sechura, en el desierto, a unos veinte
kilómetros de la población, se encuentra un inmenso
médano, que por la blancura de sus arenas le llaman médano'
Blanco.
Este es muy alto, nadie puede subirlo, porque dicen
que está encantado.
Está rodeado de forraje y cuentan los pastores que habitan
por allí, que siempre oían tocar un tamborcito pero
que nunca llegó a ser descubierto quién lo tocaba. En el
centro del médano hay corales y cosas de oro, por eso la
gente quería subir; y apenas habrían subido cinco a seis
metros, comenzaban a hundirse; y como tenían miedo, no
continuaban.
Se cuenta que dos señores, yendo por esos lugares se
perdieron del camino. Cuando se dieron cuenta que estaban
perdidos ya habían caminado bastante; tenían sed y
no encontraron dónde tomar agua.
Caminaron más y más, buscando cómo orientarse.
De pronto, vieron un río, se alegraron y se dirigieron a
él. Cuando llegaron hicieron beber a sus caballos. Ellos
llevaban dos depósitos y también los llenaron de agua.
Creían que era el río de Batán, que pasa cerca de Sechura;
pero como estaban cansados, se quedaron a descansar y se
durmieron. Cuando despertaron, cuál spría su sorpresa al
ver que el río era un médano; los depósitos que llenaron
de agua estaban llenos de arena. Estaban encantados; este
médano era el famoso médano Blanco, y no sabían cómo
llegaron a él.
Dicen que en época de Semana Santa aparecen varios
de esos llamados «encantos», junto al médano; también
dicen que aparece un patito; y creen que este fue una persona
que por curiosa subió al médano y se quedó encantada.
Algunas veces el patito aparece en los ríos, transformado
en patito de oro, y cuando encuentra alguna
persona buena, sale a hablarle, diciéndole que en tal o cual
lugar hay un tesoro reservado para él.

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