domingo, 24 de marzo de 2019

LEYENDA DE LA CASA DEL MIEDO EN PLAZA DE SAN BARTOLOMÉ

Durante años se habló de una casa abandonada en la que se oían ruidos y se producían extraños fenómenos que se relacionaron con la presencia de duendes. 1866 es la fecha que existe en la puerta. La leyenda tiene varias etapas:
La gente del barrio empezó a observar que todas las noches, a la misma hora, salía un fantasma con su sábana, cadenas, etc.; entonces, algunos ya mosqueados se juntaron para espantar a este ensabanado que, cuando vio el garrote dirigirse a su cuerpo, soltó la sábana y todos los arreos, dándose a la huida. Y es que el tal fantasma resultó ser el amante de la señora que vivía en aquella casa y que usaba este ardid para no levantar sospechas.
La casa era en realidad la del Conde del Águila. Allí se produjo un dramático accidente que costó la vida de un niño de corta de edad, hijo del conde, que murió al caérsele a la niñera desde una ventana. La familia abandonó la casa y la alquiló. Después murieron otros vecinos. La casa se cerró y empezó a decirse que en ella "había miedo".
En la década de los años veinte, una pandilla de niños, vecinos de los alrededores de la plaza, entraban en la casa abandonada subiendo a las buhardillas y, entre sus travesuras, movían tablones, hacían ruidos, accionaban los llamadores mediante cordeles, etc., causando el miedo entre los vecinos durante un tiempo.
Después vino a instalarse allí el Registro de Rústica. En principio todo iba bien, pero después se observaron fenómenos paranormales: se encendían y apagan las luces solas, se abrían y cerraban puertas y cajones, los expedientes pasaban de uno a otro armario, se escuchaban susurros, gemidos, etc. Al final, tuvieron que quitar las oficinas, volviendo a quedarse la casa abandonada. Remodelaron totalmente el edificio allá por 1990 y, de momento, no se ha apreciado fenómeno paranormal alguno.

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