El Thrauco es descrito como un hombre pequeño, de no más de 80 cm. de alto, de formas marcadamente varoniles, feo rostro, pero mirada muy dulce, fascinante y sensual; no tiene pies, ya que sus piernas terminan en muñones. Viste traje y sombrero de Quilineja, y usa en su mano derecha una hacha de piedra, la cual reemplaza por un bastón retorcido (el Pahueldún) cuando esta en frente de alguna muchacha.
Cuando divisa alguna muchacha internándose el bosque, desciende rápidamente de su observatorio, entonces da tres fuertísimos hachazos en el árbol de Tique, con lo cual parece derribar todos los árboles.
Después de minutos, quizá horas, despierta airada y llorosa. Se encuentra casi desnuda y con los vestidos revueltos. Rápidamente sacude las hojas de su pelo, abrocha ojales, y aún un tanto aturdida se dirige de regreso a su casa.
A medida que pasan los meses, el cuerpo de la niña se va transformando, pues ha sido poseída por el Thrauco.
A los nueve meses nace el hijo del Thrauco, cosa que no afecta socialmente mucho al niño ni a su madre, pues ahora ambos están relacionados con la magia del misterioso Thrauco
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