* Molina /1575/ 1943: 7-14
En la vida de Manco Cápac que fue el primer Inca, de donde empezaron a
jactarse y llamarse Hijos del Sol, y a tener principio la idolatría y adoración del
Sol, y tuvieron gran noticia del Diluvio, y dicen que en ól perecieron todas las
gentes y todas las cosas creadas, de tal manera que las aguas subieron sobre los
más altos cerros que en el mundo habían; de suerte que no quedó cosa viva, excepto
un hombre y una mujer, que quedaron en una caja de un alambor; y que al
tiempo que se recogieron las aguas, el viento echó a éstos en Tiahuanaco, que
será del Cuzco más de setenta leguas, poco más o menos; y que el Hacedor de todas
las cosas les mandó que allí quedasen por mitimas; y que allí, en Tiahuanaco,
el Hacedor empezó a hacer las gentes y naciones que en esta tierra hay, y haciendo
de barro cada nación, pintándoles los trajes y vestidos que cada uno había de
traer y tener; y los que habían de traer cabellos, con cabellos; y los que cortado,
cortado el cabello; y que concluido, a cada nación doó la lengua que habían de
hablar, y los cantos que habían de cantar, y las simientes y comidas que habían
de sembrar.
Y acabado de pintar y hacer las dichas naciones y bultos de barro, dio ser
y ánima a cada uno por sí, así a los hombres como a las mujeres; y les mandó se
sumiesen debajo de tierra cada nación por sí; y que de allí cada nación fuese a
salir a las partes y lugares que él les mandase; y así dicen que los unos salieron de
cuevas, los otros de cerros, y otros de fuentes, y otros de lagunas, y otros de pies
de árboles, y otros desatinos de esta manera; y que por haber salido y empezado
a multiplicar de estos lugares, haber sido de allí el principio de su linaje, hicieron
huacas y adoratorios estos lugares, en memoria del primero de su linaje
que de allí procedió, y así cada nación se viste y trae el traje con que a su huaca
vestían. Y dicen que el primero que de aquel lugar nació, allí se volvía a convertir
en piedras; otros en halcones y cóndores, y otros animales y aves; y así son
de diferentes figuras las huacas que adoran y que usan.
Otras naciones hay que dicen que cuando el diluvio se acabó, por las aguas,
la gente, excepto aquellos que en algunos cerros, cuevas y árboles se pudieron escapar,
y que éstos fueron muy poquitos, y que de allí empezaron a multiplicar; y
que por haber escapádose y procedido de aquellos lugares, en memoria del primero
que de allí salió, ponían ídolos de piedra, dándoles el nombre a cada huaca
que ellos entendían había tenido aquel de quien de jactaba proceder; y así
los adoraban y ofrecían sus sacrificios de aquellas cosas que cada nación usaba;
no obstante que hubo algunas naciones que tuvieron noticia, antes que el Inca
los sujetase, que había un Hacedor de todas las cosas; al cual, aunque le hacían
algunos sacrificios, no eran en tanta cantidad ni con tanta veneración como a sus
huacas. Y prosiguiendo la dicha fábula dicen que al tiempo que el Hacedor estaba
en Tiahuanaco, porque dicen que aquel era su principal asiento; y así, allí,
hay unos edificios soberbios de grande admiración, en los cuales estaban pintados
muchos trajes de estos indios, y muchos bultos de piedra de hombres y mujeres;
que por no obedecer el mandato del Hacedor, dicen que los convirtió en
piedras; y dicen que era de noche y que allí hizo el Sol, la Luna y las estrellas;
y que mandó al Sol, la Luna y las estrellas fuesen a la isla de Titicaca que está
allí cerca; y que desde allí subiesen al cielo.
Y que al tiempo que se quería subir el Sol, en firgura de un hombre muy
resplandeciente, llamó a los Incas y a Manco Cápac, como a mayor de ellos y
le dijo: "Tú y tus descendientes habéis de ser señores, y habéis de sujetar muchas
naciones; tenedme por padre, y por tales hijos míos os jactad, y así me reverenciaréis
como a padre". Y que acabado de decir esto a Manco Cápac le
dio por insignias y armas el suntur paucar y el champí y otras insignias de que
ellos usaban, que es a manera de cetro, y que todos ellos, por insignias y armas
tuvieron. Y que en aquel punto mandó al Sol, la Luna y las estrellas su subiesen
al Cielo, a ponerse cada uno en sus lugares; y así subieron y se pusieron; y que
luego en aquel instante Manco Cápac y sus hermanos y hermanas, por mandato
del Hacedor, se sumieron debajo de tierra, y vinieron a salir a la cueva de Pacari
tambo, de donde se jactaban proceder, aunque de la dicha cueva dicen que salieron
otras naciones; y que salieron al punto que el Sol, el primer día después de
haber dividido la noche del día el Hacedor; y así de aquí les quedó el apellido de
llamarse Hijos del Sol, y como a padre adorarle y reverenciarle.
Tienen también otra fábula en que dicen que el Hacedor tuvo dos hijos,
que al uno llamaron Imaymana Viracocha y al otro Tocapo Viracocha; y que
concluido el Hacedor las gentes y naciones, y dar trazas y lenguas, y haber enviado
al cielo el Sol, la Luna y las estrellas, cada uno a su lugar desde Tiahuanaco,
como está dicho, el Hacedor, a quien en lengua de estos indios le llaman
Pachayachachic, y por otro nombre Tecsi Viracocha, que quiere decir Incomprensible
Dios, que vino por el camino de la sierra visitando y viendo a todas las
naciones, como había comenzado a multiplicar y cumplir lo que se les había
mandado; y que algunas naciones que halló rebeldes y que no habían cumplido
su mandato, gran parte de ellos convirtió en piedras, en figuras de hombres y
mujeres con el mismo traje que traían.
Fue la conversión en piedras en los lugares siguientes; en Tiahuanaco, en
Pucará y Jauja, donde dicen convirtió la huaca Huarivilca en piedra, y en Pachacamac,
en Cajamarca y en otras partes. Y hoy en día están en los dichos lugares
unos bultos de piedras grandes, y en algunas partes casi de vultos de gigantes,
que antiquísimamente debieron ser hechos por manos de hombres; y por falta de
memoria y escritura tomaron esta fábula de decir que por mandado del Hacedor,
por no haber cumplido sus mandamientos, se tornaron en piedras.
Y que en Pucará, que es cuarenta leguas de la ciudad del Cuzco, por el camino
del Collao, dicen que bajó fuego del cielo y quemó gran parte de ellos, y
que los que iban huyendo, se convirtieron en piedras; y que el Hacedor, de quien
ellos decían que era el padre de Imaymana Viracocha y de Tocapo Viracocha,
mandó que desde allí se partiese el mayor de sus hijos, llamado Imaymana Viracocha,
en cuyo poder y mano están todas las cosas, y que fuese por el camino
de los Andes y montañas de toda la tierra; y que fuese dando y poniendo nombres
a todos los árboles grandes y pequeños, y a las flores y frutas que habían de
tener mostrando a las gentes las que eran para comer y las que no, y las que eran
buenas para medicinas; y así mismo puso nombre a todas las yerbas y, el tiempo
en que habían de producir sus frutos y flores, y que éste mostró a las gentes las
yerbas que tenían virtud para curar y las que podían matar. Y al otro hijo llamado
Tocapo Viracocha que quiere decir en su lengua Hacedor, en quien se incluyen
todas las cosas, le mandó fuese por el camino de los llanos, visitando las
gentes y poniendo nombres a los ríos y árboles que en ellos hubiese, y dándoles
sus frutos y flores por la orden dicha; y que así bajaron a la mar por lo más bajo
de esta tierra y de allí se subieran al cielo, después de haber acabado de hacer lo
que había en la tierra.
Dicen también en esta misma fábula que en Tiahuanaco, donde dicen hizo
todas las gentes, hizo todas las diferencias de aves, macho y hembra cada uno,
y dándoles cantos, que habían de cantar cada una; y a las que habían de residir
en las montañas que se fuesen a ellas; y a las que en la sierra, cada una a las partes
y lugares que habían de residir. Y que así mismo hizo todas las diferencias de
animales de cada uno, macho y hembras, y todas las demás diferencias de culebras
y demás sabandijas que en la tierra hay, mandando a cada una que las
que habían de ir a las montañas, fuesen a ellas y, los demás fuesen por la tierra;
y que allí manifestó a las gentes los nombres y propiedades que las aves y animales
y demás sabandijas tenían.. .".
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