sábado, 16 de marzo de 2019

La muía de tres patas

Aquellas familias o grupos de amigos que se trasnochan en las casas
«rajando» de los demás, dedicándose a la maledicencia, el chismorreo
y la difamación, movidos por la envidia, o el odio o la ociosidad, escuchan
ciertos toques en la ventana, los cuales interrumpen su charla
nocturna. Uno de los chismosos le dice a otro: «Asómate a ver quién
está tocando». Al abrir se hallan frente a frente con una extraña bestia:
una muía cuyas larguísimas orejas están levantadas y la cual ha llamado
golpeando con el hocico. Ésta se aleja de inmediato, y se descubre entonces
que sólo tiene tres patas.

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