domingo, 24 de marzo de 2019

El home marín y el pexe Nicolao

En toda la costa asturiana se ha oído hablar mucho del home marín, especie de
anfibio con aspecto vagamente humano que, en los días de temporal, buscaba el
refugio de las grutas costeras. El home marín salía a menudo del mar para asaltar los
hórreos, las huertas y los gallineros, y sentía una extraordinaria atracción por las
hembras humanas. En la playa de La Franca, no lejos de Llanes, en la Asturias
oriental, hubo un home marín que se refugiaba en una gran gruta que allí existe y que
salía para buscar mozas y someterlas a sus lascivos impulsos. Un día, la gente de los
alrededores logró cazarlo mediante redes y lazos, y lo llevaron a Pendueles, donde lo
retuvieron. El home marín se negó a comer, y la falta de agua fue resecando su
cuerpo hasta que murió a los pocos días.
En toda España fue popular el pexe Nicolás o Nicolao, como se le llama en el
Quijote, ponderando su destreza natatoria. Este pez Nicolao, medio hombre, medio
pescado, habría nacido en la gaditana Rota, y su condición provendría de la maldición
paterna, como en el caso de la muchacha asturiana llamada Serena. Su nueva
naturaleza le obligaba a tener la cola siempre húmeda, por lo que debía vivir en una
tina con agua de mar cuando pasaba temporadas tierra adentro. Llegó a la edad de
cien años, y conocía una receta para rejuvenecer a las viejas.

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