Durante la inundación de la tierra, ocasionada por el espíritu de las aguas, la culebra Coicoí, algunos hombres fueron transformados en peces por el espíritu de la tierra la culebra Tentén, con el objeto de librarlos de la muerte. Uno de ellos dio origen al Cahuelche (también le llaman la Cahuella), animal que en nada se diferencia físicamente de una tonina.
El Cahuelche, pertenece a la Huenchur, la administradora de las tempestades y las mareas; es el obediente y fiel secretario, que puso a sus órdenes el Millalobo, rey de los mares.
Debido que a la Huenchur, no le está permitido comunicarse directamente con los seres de la tierra, se sirve, para tal fin, del Cahuelche. Cuando ella desea comunicarles, cambios de tiempo o la presencia del buque fantasma "el Caleuche", a los interesados, ordena dar al delfín grandes saltos sobre la superficie del mar, actitud que es imitada por otras toninas de la vecindad. Las personas que contemplan este interesante espectáculo, saben que muy pronto el tiempo cambiará, o que "el Caleuche", se encuentra en las cercanías, según, la modalidad de sus saltos.
Tratándose de un anuncio fatal, como la próxima muerte de alguno de los habitantes de la tierra, que viva junto al mar; envía al Cahuelche, hasta muy cerca de la casa señalada, para que frente a ella emita sonoros llantos, aviso que es perfectamente interpretado por los moradores de ese hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario