miércoles, 20 de febrero de 2019

Aracne

Vivía en Colofón y allí era una famosa trabajadora de las labores del bordado, de tal forma que recibía encargos de todas partes del mundo y muchas visitas que contemplaban llenos de placer sus primorosas obras. Aracne por joven era insensata y poco precavida y un día lanzó un desafío a la propia Atenea quien aceptó competir con ella por el puesto de mejor tejedora. Terminado el trabajo pudo observarse cómo la creación de la diosa era bastante perfecta pero también cómo la de Aracne era de una belleza sin par. Ésta había representado diversos episodios de la mitología y era especialmente hermosa la representación de Zeus y la lluvia de oro que le acompañaba.

Atenea, que había representado el esplendor de los dioses y diosas del Olimpo, no pudo encontrar desperfecto alguno en la obra y llena de envidia la destruyó por completo. Posteriormente, según una versión, Aracne quedó presa en los hilos y estuvo a punto de morir estrangulada. Según otra leyenda, fue la propia Aracne la que intentó suicidarse llena de dolor por la destrucción de su magnífica pieza. En ambos casos Atenea se apiadaba de ella y la convertía en araña, forma en la que desde entonces se dedica a hilar.

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