Hero fue una hermosa joven que vivía dedicada al cuidado de uno de los templos que Afrodita tenía en Grecia. Su belleza y encanto eran tan sublimes que incluso Apolo y Eros la deseaban para ellos. Sin embargo, Hero había fijado su corazón en un joven muchacho, llamado Leandro, que por allí pasaba de vez en cuando a cortejarla y entretenerla con sus halagos. Leandro vivía cerca de la residencia de Hero, pero entre sus poblaciones se sitúaba un pequeño estrecho de mar, que había que superar en cada visita. Los padres de ambos jóvenes se opusieron a que ambos se casaran como era su deseo, y un día, hartos de sus encuentros a pesar de las indicaciones que les hacían, les prohibieron terminantemente cualquier contacto. Los jóvenes no tuvieron más que remedio que acceder ante sus padres a las peticiones que les hacían, pero idearon un plan para verse en secreto. Cada noche, Hero encendía una linterna en una ventana de su casa, y ésta servía de guía para que Leandro, en la orilla opuesta, cruzase con su barco, o, tal vez a nado, el mar, hasta alcanzar a su amada. Así pasaron juntos muchas noches, no sin cierto temor a ser descubiertos, lo que obligaba a Leandro a volver muy temprano, desolado por la marcha pero feliz por la llegada del próximo encuentro. Una noche, sin embargo, hubo un fuerte vendaval que apagó la linterna encendida por Hero, y, Leandro, que ya estaba cruzando el corto camino, por más que se esforzó en llegar a su meta, fue tragado por las horribles aguas. La asustada Hero corrió a la mañana siguiente a la playa para obtener cualquier indicio, y, cuando estaba atisbando el horizonte, el cuerpo muerto de Leandro fue depositado en la orilla. Horrorizada, Hero se lanzó a las aguas aún turbulentas, en busca del alma de su único amado.
Otra versión de la leyenda le añade aún más dolor al establecer que la tormenta duró varios días, y Leandro esperó a que apaciguase, pero que, al cabo de ocho noches, no pudo resistirlo más, y marcó hacia el lugar donde se encontraba Hero, que, en este caso, era una alta torre, desde la que Hero divisaba todo el mar, y, también desde la que se lanzó, dándose muerte, a las aguas malditas.
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