La Farsalia enumera las verdaderas o imaginarias serpientes, que los soldados de Catón afrontaron en los desiertos de África; ahí están la Parca "que enhiesta como báculo camina" y el Yáculo, que viene por el aire como una flecha, y "la pesada Anfisbena, que lleva dos cabezas". Casi con iguales palabras la describe Plinio, que agrega: "como si una no le bastara para descargar su veneno". El Tesoro de Brunetto Latini -la enciclopedia que éste recomendó a su antiguo discípulo en el séptimo círculo del Infierno- es menos sentencioso y más claro: "La Anfisbena es serpiente con dos cabezas, la una en su lugar y la otra en la cola; y con las dos puede morder, y corre con ligereza, y sus ojos brillan como candelas". En el siglo XVII, Sir Thomas Browne observó que no hay animal sin abajo, arriba, delante, detrás, izquierda y derecha, y negó que pudiera existir la Anfisbena, en la que ambas extremidades son anteriores. Anfisbena, en griego, quiere decir "que va en dos direcciones". En las Antillas y en ciertas regiones de América, el nombre se aplica a un reptil que comúnmente se conoce por "doble andadora", por "serpiente de dos cabezas" y por "madre de las hormigas". Se dice que las hormigas la mantienen. También se dice que, si la cortan en dos pedazos, éstos se juntan.
Las virtudes medicinales de la Anfisbena ya fueron celebradas por Plinio.
Tomado de :
Jorge Luis Borges
El libro de los seres imaginarios (1968)
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