En el camino que va de Cajamarca a Celendín hay una
inmensa pampa en la cual existe un muro de forma cilindrica
que se extiende a lo largo de ella; el muro tiene la
forma exacta de una culebra, quedando la cabeza en dirección
opuesta al camino.
Acerca de este muro cuentan que en el tiempo del Imperio
Incaico venía a Cajamarca una inmensa culebra,
arrasando todo lo que encontraba a su paso; y que en sus
tantas correrías llegó hasta esta pampa donde, por gracia
de Dios, le cayó un rayo, y la gran culebra quedó muerta.
Con el transcurso del tiempo su cuerpo fue convirtiéndose
en polvo que se endureció, conservando el monstruo su
forma. Y es así como en la actualidad ese largo montículo
de tierra tiene la forma exacta de una culebra; y la pampa
donde se encuentra se llama la pampa de la Culebra.16
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