Reinaba el rey Mauregato en Asturias, el cual, para no enfrentarse con los musulmanes les había
prometido la entrega de cien doncellas cada año, escogiendo para ello entre las más bellas del
lugar.
Para "recoger" a las doncellas, el rey envió a sus soldados con órdenes de usar la fuerza si era
necesario. Los soldados llegaron al pueblo de Illés (Avilés) y pidieron alojamiento en la primera
casa que encontraron a la entrada del pueblo, dando la casualidad de que los dueños de la casa
tenían una hermosa hija llamada Galinda.
La madre sospechando de las intenciones de los soldados pensó en esconder a su hija, pero
ésta, sin sospechar nada entró en esos momentos en la casa cantando. La muchacha se dio
cuenta en seguida de la situación e intentó distraer a los soldados ganándose su simpatía
cantando y bailando para ellos. Por la noche les ofreció bailar para ellos una danza que solo
podía ser interpretada en el bosque a la luz de la luna, los soldados cómo no, aceptaron.
Una vez en el bosque se alejo de ellos pretextando buscar un lugar adecuado para la danza y
corrió hasta una fuente donde pensaba esconderse. Al llegar a la fuente ésta le habló y le propuso
que fuese su xana, para ello sólo debía beber del agua y así se libraría de los soldados. La
muchacha lo hizo y al ir a beber el agua de la fuente se separo en dos ofreciéndole un lugar
donde esconderse.
Los soldados la buscaron por todas partes pero no la encontraron, así que volvieron a la casa a
dormir. Al día siguiente salieron de nuevo a buscarla y al llegar cerca de la fuente oyeron a alguien
cantar, cuando se acercaron vieron a una mujer de belleza sobrenatural que se peinaba junto a la
fuente, era Galinda.
Cuando se acercaron, la xana con una sola mirada los convirtió en carneros. Al pasar los días y
no recibir noticias, el rey envió nuevos soldados, que al llegar a la fuente solo vieron a la xana
hilando lana y rodeada de carneros, al acercarse a ella también fueron convertidos en carneros.
Finalmente el rey decidió trasladarse al pueblo con una guarnición para ver que ocurría. Cuando
llegó a Illés, tuvo noticia de la fuente y se dirigió a ella, allí vio a la xana y le preguntó por sus
soldados. La xana contestó que el rey no había mandado soldados sino corderos y que él podía
ser su pastor... y lo convirtió en pastor. El rey asustado pidió desencantara a sus soldados y que a
él le devolviera sus atributos reales. La xana le puso como condición que renunciara a pagar el
tributo de las cien doncellas. El rey aceptó y la xana desencantó a todos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario