domingo, 24 de marzo de 2019

Tomás Ramírez

El traslado de Tomás Ramírez, natural de Lodosa, Navarra, aunque también tuvo
carácter milagroso, no se produjo a través del aire, sino cruzando las aguas, y tuvo
lugar unos años antes, exactamente en 1468.
Tomás Ramírez estaba cautivo en casa del jeque Zuali Abderramán, quien lo
sometía a muchas vejaciones, le hacía trabajar hasta la extenuación y le obligaba a
dormir en un arca, sin que el pobre cautivo dejase en ningún momento de elevar sus
devotas oraciones a la Virgen de Legarda. Nuestra Señora, sin duda conmovida, hizo
que el arcón en que dormía el cautivo se trasladase a su santuario, ante cuyas puertas
acabó deteniéndose, tras cruzar prodigiosamente el mar Mediterráneo y navegar Ebro
arriba.

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