...Los que se van al cielo son los que mataban en las guerras y los
cautivos que habían muerto en poder de sus enemigos: unos morían
acuchillados, otros quemados vivos, otros acañaverados, otros aporreados
con palos de pino, otros peleando con ellos, otros atábanles teas
por todo el cuerpo y poníanles fuego, y así se quemaban. Todos estos
dizque están en un llano que a la hora que sale el sol alzaban voces y
daban gritos golpeando las rodelas, y el que tiene rodela horadada de
saetas por los agujeros de la rodela mira al Sol, y el que no tiene rodela
horadada de saetas no puede mirar al Sol. Y en el cielo hay arboleda y
bosque de diversos árboles. Las ofrendas que les daban en este mundo
los vivos, iban a su presencia y allí los recibían. Después de pasados
cuatro años, las ánimas de estos difuntos se tomaban en diversos géneros
de aves de pluma rica, y de color, y andaban chupando todas las
flores tanto en el cielo como en este mundo, como los chupamirtos
(zinzones) lo hacen.
Lo que decían los antiguos acerca de los que iban a la casa del Sol
es que todos los hombres valientes que morían en la guerra y todos los
demás soldados iban allá, y habitaban la parte oriental del Sol. Cuando
salía el Sol, luego de mañana se aderezaban con sus armas y le iban a
recibir, haciendo estruendo y dando voces. Con gran solemnidad iban
delante de él peleando, con pelea de regocijo, y llevándolo así hasta el
puesto de mediodía. Acerca de las mujeres muertas de parto los antiguos
dijeron que todas ellas van a la casa del Sol, y residen en la parte
occidental del cielo y por eso los antiguos llamaron a aquella parte cihuatlampa
(«tierra de mujeres»)... Cuando el Sol sale por la mañana le
van haciendo fiesta los hombres, hasta que llega al mediodía, y luego
las mujeres se aparejaban con sus armas, y de allí comenzaban a guiarle,
haciéndole fiesta y regocijo. Después de que los hombres aparejados
como para la guerra lo dejaban en compañía de las mujeres, se esparcían
por todo el cielo y por los jardines del mismo, para chupar flores
hasta el otro día.
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