Para las tribus del noroeste, Raven (el cuervo) era a la vez bandido
y héroe. Su glotonería lo ponía en peligros de los que siempre lograba
huir. Cuenta una leyenda cómo aquella costumbre fue origen de una
proeza que liberó al mundo de la oscuridad.
Cierto malvado cacique encerró a Luz del Día en una caja. Disfrazado
de hoja de cedro, Raven se deslizó hasta el vientre de la hija del
jefe y nació de ella como un hijo. Apoderóse entonces de la caja de luz
y huyó a la Tierra con ella para alumbrar al mundo.
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