sábado, 16 de marzo de 2019

La esposa fantasma (mito pawnee)

Una vez, vivían juntos un hombre y su esposa. Tenían un niño. La
mujer murió, y el hombre se hallaba muy triste y se lamentaba de la
pérdida de su mujer.
Una noche, el hombre tomó en brazos a su hijo y salió del pueblo,
dirigiéndose hacia el lugar donde se efectuó la cremación de su esposa.
Allí, se sentó en la tierra y siguió lamentándose por la muerte de su
mujer. El niño, completamente desamparado, lloraba entre tanto. El corazón
del hombre enfermó por la soledad y el dolor.
Aquella misma noche, hacia la madrugada, se despertó. Estaba soñoliento,
débil, agotado y lleno de dolor. Al poco tiempo de haberse
despertado, se dio cuenta de que junto a él había una forma. La figura
estaba acostada donde la mujer había muerto: era su misma mujer. Le
habló así a su marido:
-Veo que eres muy desgraciado aquí. Hay, sin embargo, un lugar
donde no te sentirás tan desgraciado. Donde yo te digo, no te sucederá
nada malo, mientras que aquí nunca sabes qué desgracia puede ocurrirte.
Tú y el niño estaréis mejor si venís conmigo.
El hombre le dijo que no quería morir:
-No; será mejor que tú vengas con nosotros. Nosotros te queremos
mucho. ¡Si tú quieres venir con nosotros, dejaríamos de ser desgraciados!
Durante mucho rato estuvieron discutiendo acerca de quién debía ir
con quién. Finalmente, el hombre fue más persuasivo y convenció a la
mujer, y ella consintió en volver con ellos.
La mujer le dijo a su marido:
-Si yo regreso con vosotros, tú deberás hacer exactamente lo que yo
te diga, durante cuatro noches. Durante los primeros cuatro días, una
cortina debe estar caída en el sitio donde yo duerma: nadie debe descorrerla
ni mirar detrás de ella.
El hombre hizo lo que su mujer le dijo, y al cabo de cuatro días
levantó la cortina y la mujer apareció tras ella. Después todo el mundo
pudo verla. El hombre y su hijo se pusieron muy contentos y vivieron
muy felices.
Pasado mucho tiempo, el hombre tomó una nueva esposa. La primera
mujer siempre estaba contenta, pues tenía muy buen carácter, pero
la joven tenía muy mal genio, y al poco tiempo empezó a reñir con la
primera mujer. Un día en que la joven estaba muy enfadada, llenó de
insultos a la mujer más vieja, y finalmente le dijo:
-Tú no debes estar aquí, aún eres un fantasma.
Aquella noche, el hombre se acostó junto a su primera mujer, según
su costumbre. Durante la noche se despertó y pudo comprobar
que su mujer había desaparecido. Nunca más se le volvió a ver. A la
noche siguiente, el hombre y el niño murieron mientras dormían: la
mujer se los había llevado consigo. Los tres fueron a un lugar donde
había vida.

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