1. Aquí escribiré unas cuantas historias de nuestros primeros padres
y antecesores, los que engendraron a los hombres en la época antigua,
antes que estos montes y valles se poblaran, cuando no había más que
liebres y pájaros, según contaban; cuando nuestros padres y abuelos
lucron a poblar los montes y valles, ¡oh hijos míos!, en Tulán.
2. Escribiré las historias de nuestros primeros padres y abuelos que
se llamaban Gagavitz el uno y Zactecauh el otro, las historias que ellos
nos contaban: que del otro lado del mar llegamos al lugar llamado Tulán,
donde fuimos engendrados y dados a luz por nuestras madres y
nuestros padres, ¡oh hijos nuestros!
«De cuatro [lugares] llegaron las gentes a Tulán. En oriente está una
Tulán; otra en Xibalbay; otra en el poniente, de allí llegamos nosotros,
del poniente, y otra donde está Dios. Por consiguiente había cuatro Tulanes,
¡oh hijos nuestros!» Así dijeron. «Del poniente llegamos a Tulán,
desde el otro lado del mar; y fue a Tulán donde llegamos para ser engendrados
y dados a luz por nuestras madres y nuestros padres.» Así
contaban.
5. Entonces fue creada la Piedra de Obsidiana por el hermoso Xibalbay,
por el precioso Xibalbay. Entonces fue hecho el hombre por el
Creador y el Formador, y rindió culto a la Piedra de Obsidiana.
Cuando hicieron al hombre, de tierra lo fabricaron, y lo alimentaron
de árboles, lo alimentaron de hojas. Únicamente tierra quisieron que
entrara [en su formación]. Pero no hablaba, no andaba, no tenía sangre
ni carne, según contaban nuestros antiguos padres y abuelos, ¡oh hijos
míos! No se sabía qué debía entrar [en el hombre]. Por fin se encontró
de qué hacerlo. Sólo dos animales sabían que existía el alimento en
Paxil, nombre del lugar donde se hallaban aquellos animales que se
llamaban el coyote y el cuervo. El animal coyote fue muerto y entre sus
despojos, al ser descuartizado, se encontró el maíz. Y yendo el animal
llamado tiuh-tiuh a buscar para sí la masa del maíz, fue traída de entre
el mar por el tiuh-tiuh la sangre de la danta y de la culebra y con ellas se
amasó el maíz. De esta masa se hizo la carne del hombre por el Creador
y el Formador. Así supieron el Creador, el Formador, los Progenitores,
cómo hacer al hombre formado, según dijeron. Habiendo terminado de
hacer al hombre formado resultaron trece varones y catorce mujeres;
había [una mujer] de más.
Enseguida hablaron, anduvieron, tenían sangre, tenían carne. Se casaron
y se multiplicaron. A uno le tocaron dos mujeres. Así se unieron
las gentes, según contaban los antiguos, ¡oh hijos nuestros! Tuvieron
hijas, tuvieron hijos aquellos primeros hombres. Así fue la creación del
hombre, así fue la hechura de la Piedra de Obsidiana.
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