Fiorello y Blancaflor habían nacido el mismo día, se educaron juntos, siempre en compañía, jugaron e niños y sus estudios los realizaron juntos. Fiorello era el único hijo del poderoso rey de España, en tanto que Blancaflor era hija de una dama de compañía de la reina. El día que su hijo cumplía quince años, el rey le mando a llamar y le dijo que debía de buscar una esposa digna de el entre las más poderosas princesas de la tierra. Pero el príncipe declaro que no aceptaría a otra esposa que no fuera Blancaflor, la dulce compañera de la infancia. Entonces el rey decidió romper a todo trance aquella peligrosa amistad entre los jóvenes. Alejó por tanto durante unos días a su hijo de la corte y durante su ausencia, vendió a la inocente Blancaflor como esclava a unos mercaderes, que la condujeron en su nave hacia Oriente. Cuando Fiorello regreso a la corte le dijeron que la doncella había muerto de improviso. El dolor del joven al conocer la noticia fue inmenso, y cuando más tiempo pasaba más agudo era . Pasaba todas las horas del día y de la noche llorando y suspirando, pensando siempre en la dulce compañera perdida , de un modo que partía el corazón , y sin duda habría muerto de dolor, si su padre, viéndole reducido a aquel estado, no le hubiese revelado la verdad.
Entonces Fiorello, sin perder un instante, se vistió de mercader, y se embarco en una nave que hacia rumbo hacia Oriente. Tras muchos días de navegación, desembarco cerca de Bagdad a donde le dieron que había sido conducida la doncella. Allí se entero de que al verla, el gran sultán se había enamorado de ella, hasta el punto de hacerla su esposa, y en aquellos días precisamente , se estaban haciendo los preparativos de la boda. En tanto, la pobre Blancaflor vivía encerrada en una torre altísima, que se alzaba en medio de la ciudad, y era rigurosamente vigilada por la guardia del sultán , que temía que su hermosa prometida le fuese raptada.
Con ricos presentes, Fiorello consiguió sobornar a uno de los guardias que vigilaban a la prisionera, Este metió al príncipe en un gran cesto, cubriéndolo con bellísimas flores, que luego entrego como presente a Blancaflor. Cuando estuvo en presencia de la doncella, Fiorello salió de su escondite.
¡Imaginad la alegría de la niña ante aquella inesperada aparición ! Pero la alegría duro poco. En efecto, cuando menos lo esperaban , se abrió la puerta y en ella apareció el propio sultán, que iba a visitar a su prometida .Al ver al desconocido en la habitación de su futura esposa, el sultán le hizo detener por la guardia y ordenó que fuese muerto en el acto.
Los cortesanos, sin embargo, atraídos por la hermosa apariencia del príncipe y por sus modales corteses y graciosos y apiadando se de la hermosa Blancaflor , rogaron al señor que perdonase al extranjero, y tanto hicieron y tanto dijeron, que el sultán acabo por dejarse convencer ; revoco la orden dada y perdono a los dos jóvenes .
Conmovidos por la historia que los jóvenes le contaron, quiso que los preparativos que se estaban haciendo sirvieran para las bodas de Fiorello y Blancaflor, las cuales se celebraron pocos días después. Luego, cuando los jóvenes esposos quisieron regresar a su patria, les colmó de preciosos presentes y les acompaño hasta los confines del reino.
Blancaflor y Fiorello, regresaron, pues, a su patria donde fueron acogidos con grandes fiestas y allí vivieron ,siempre felices y amados por todos sus súbditos.
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