El león que había comido en abundancia, descansaba
muellemente en un claro del bosque.
La mariposa, revoloteando
con gracia rozó con las alas el hocico de la fiera. Luego se elevó
velozmente, orgullosísima de tal audacia. Pero el peligro la atraía.
Volvió a bajar, se posó un instante en
la salvaje maraña de la melena, agitó las alas sobre la frente majestuosa y
volvió a elevarse de prisa.
El león abrió los ojos, miró aviesamente la mariposa que
ahora revoloteaba en torno a la rama de un árbol.
-Aquí en la selva todos me respetan-rugió ¿Y tú, necia, te
atreves a burlarte de mí?
Creí que no te habías dado cuenta.
A mí no se me escapa nada. Y hasta cuando duermo mis
sentidos vigilan. De todos modos, si no quieres que con un resuello te reduzca
a ceniza, vete lejos, muy lejos de aquí.
La mariposa replicó:
-Me hablas con soberbia. Haces mal, muy mal. Porque un día
¿Quién sabe?, tal vez podrías necesitarme.
-¡Esta sí que es buena! Dijo el león con una risotada ¿Dices
que yo un día te necesitare? Yo no necesito de nadie; soy el habitante más
poderoso de la selva. Ante mi tiembla hasta al terrible tigresa, tiembla el
valeroso leopardo, tiemblan las zorras, los chacales, las hienas.
-Eso no importa. Yo te digo que algún día podrías tener necesidad
de mi ayuda,
-Entonces ¿crees que voy a pedirte que luches a mi lado, o
mejor aun que luches en mi lugar?
-¡Calla!- dijo la mariposa. Veo a poca distancia un hombre
armado.
-¿Qué dices?- pregunto, inquieto, el león.
La mariposa voló hacia el cazador que se disponía a disparar
una flecha y dando vueltas a su alrededor, proyectó sobre sus ojos un juego de
sombras inquietas que dieron inseguridad a su tiro. La flecha partió con un
silbido, penetro en el tronco de un árbol, y el león, de un salto, se puso a salvo en la espesura del bosque.
Poco después la mariposa lo alcanzo, para decirle orgullosa:
-¡Imagínate, oh mi poderosísimo señor, cuál hubiese sido tu
suerte, sin mi oportuna ayuda!
-Es verdad- admitió
el león. Hoy he aprendido que aun las más humildes criaturas pueden
prestar inmensos servicios.
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