Agoyo
En ciertas regiones de Guinea, se rendía la máxima
veneración al fetiche Agoyo, especie de ídolo de buen agüero que se
conservaba en la cabaña del brujo principal. Su forma era rarísima, casi
inconcebible: una talla de unos cuarenta centímetros de altura, medio hombre y
medio sapo, adornada con cintas rojas lo mismo que la vasija invertida que le
servía de pedestal. En la cabeza llevaba un extraño tocado terminado en un
dardo, constituido por un lagarto bajo una media luna, otro más pequeño y
horizontal, un trozo de lanza, plumas, serpientes y más lagartos, todo esto se
colocaba en una mesa con tres cuencos y dieciocho bolitas de barro. Para
consultar a este ídolo era preciso hacerle un sacrificio acompañado de un
espléndido regalo al brujo mayor, que tenía la exclusiva de ese oráculo; si, al
verter las bolitas varias veces en los cuencos, salía un número impar, la
respuesta era afirmativa y, en caso contrario, negativa.
Yachar
Los malgaches, habitantes de la Madagascar reverenciaban a
un dios supremo, benéfico, conocido como Yachar, que carecía de
estatuas, culto y demás honores, porque por su bondad, no era preciso
propiciarlo, y además sabía lo que era preciso a cada hombre. Yachar
tenía a sus órdenes una legión de espíritus benéficos, especie de ángeles de
color, a él se enfrentaba el espíritu del mal, Angat, y el mál supremo, Taivadu.
Eweer
Los Achantis de la Alta Guinea creen que Eweer es el
cielo visible, que se cubre con un velo azul, y las nubes son sus vestidos o
adornos.
Gundya Tikoa
Dios Supremo de las tribus de hotentotes del africa.
Creador del primer Hotentote. Como éste cometió inumerables pecados, el
dios se indignó y lo maldijo, lo que por rechazo, provocó tal dureza de corazón
en los desendientes del primer hombre negro, que no se preocuparon de rendir
veneración al Ser divino.
Gundya vive en el cielo, más allá de la Luna, no se
preocupa de los humanos ni para bien ni para mal. Y aveces tiene el capricho de
pasar temporadas en el mundo, bajo la apariencia de un hermoso hotentote,
confundiéndose con los demás y sin que estas estancias terrestress tengan la
menor consecuencia o significado.
Horey
El espíritu más importante de la costa occidental de África
se llamó Horey, y recibía un culto muy intenso para aplacarle. Se decía
que durante las solemnidades que se le dedicaban solía emitir terribles
mugidos, señal de que era necesario disponer alimentos bajo un árbol para
aplacarle. Si no quedaba satisfecho, se creía que se tragaba a alguno de los
asistentes hasta que satisfacía su tremenda voracidad con más manjares, y no
faltaba aldorador suyo que afirmaba con toda seriedad haber sido tragado y
devuelto por el terrible Horey.
Icanti
Los Cafres del Africa reconocen a un ser supremo de las
Aguas, llamado Icanti. Recibía ofrendas de animales, que en lugar de quemarse
se arrojaban al agua.
Kanno
Nombre del Ser Supremo, entre los negros de las costas Malgaches
como creador de todo lo que existe: creían que todos los bienes dimanan de él.
Sin embargo no le concedían una duración eterna. Tendría, por sucesor, otro ser
que debía castigar el vicio y recompensar la virtud. Todos los pueblos de esta
costa hacen remontar a este dios el origen de la circuncisión, a la cual
sujetan hijos desde la edad de seis meses. Aunque el pueblo parezca penetrado
de respeto hacia este ser, y que tengan de él una fe muy elevada, hasta el
punto de no atreverse a explicarlo, sin embargo todo su culto se dirige a los
espiritas de los muertos.
Kosi
Fetiche de los pueblos del Congo, de caracter
acuático, ya que de él depende la lluvia, el trueno y el rayo, la pesca y la
navegación fluvial, medio principal de comunicación de un territorio
exuberante, donde las selvas impenetrables borran todos los caminos.
Este fetiche tiene forma de saco de arena cerrado con dos
cuernos y plumas en la parte alta.
Makemba
Los malgaches, habitantes de la Madagascar, veneraban un
fetiche llamado Makemba, este cuidaba especialmente del rey y de sus
dignatarios, su forma era una trenza de tres cabos atada con una cinta a la que
colgaban conchas, huesos, plumas y otras cosas semejantes. Su culto consistía
en aspersiones hechas sobre el fetiche y sobre el rey por los brujos, y en la
impregnación de un líquido rojo, que también servía para los amuletos y que
recuerda el uso del ocre rojo, símbolo de la vida, por los hombres
prehistóricos.
Maramba
Era una especie de dios de los habitantes del Congo,
especializado en la caza y en la justicia. Ante él juraban los acusados,
asegurando su inocencia; si era cierta, no le ocurría nada, en caso contrario
caían muertos instantaniamente ante la figura de MAramba, colocada encima de un
cesto a la entrada de su templo-cabaña. Se le dedicaban los muchachos en cuanto
llegaban a la pubertad, hacia los doce años, y se le ofrecían las primeras
libaciones de los banquetes de los personajes importantes.
Mawu
Dios de los Achantis de la Alta Guinea. Mawu tiene
dos hijos, Mahov Sodza, bueno, y Mahov Sogblé, malo, que
represetan los dos aspectos opuestos de su padre, concebido como ambivalente,
caso que recuerda el de otras regiones más desarrolladas, como el brahmanismo
indio.
Njamié
Los Achantis de la Alta Guinea tienen como dios a Njamié,
divinidad del destino, significa el "resplandeciente", y es a
la vez el dios del cielo.
Olucún
Dios de los negros de las regiones de Benín, Togo, Dahomey y
parte de las costas del golfo de Gunea.Olucún era un dios marino, del
que abundan sus representaciones.
Ovisara
Dios de los negros de las regiones de Benín, Togo, Dahomey y
parte de las costas del golfo de Gunea. Dios supremo, creador del universo y de
los hombres. Su bondad era tan infinita, que nadie se preocupaba por rendirle
culto ni de agradecerle, razgo común a muchos pueblos africanos.
Taivadu
Los malgaches, habitantes de la Madagascar creían en Taivadu,
dios que disponía de un ejército de diablos, causantes de todo mal en las
enfermedades, la muerte y las catástrofes, apesar de su tamaño diminuto que no
excedía un centímetro.
Unchulogu
Los Cafres del Africa, reconocen una especie de ser supremo,
el gran espíritu Unchulogu, superior a las almas de los muertos y a las
almas de las cosas al que se sacrificaban animales.
Uukulunkulu
Dios de los Zulús del Africa. Salió de un tronco primitivo o
de un cañaveral, igual que los hombres. Disponía de la muerte y la vida, se
cuenta que envió un camaleón a los hombres con la noticia de que nunca
morirían; pero este animal se entretuvo tanto por el camino, que dió tiempo a
que el Gran Espíritu cambiara de parecer y mandara al lagarto con la noticia
contraria., y se dió tanta prisa que llegó antes que el camaleón, secidiendo
así, para siempre, el destino de los hombres.
Los Zulús sienten por esta razón, igual antipatía por los
camaleones que por los lagartos.
Yachar
Los malgaches, habitantes de la Madagascar reverenciaban a
un dios supremo, benéfico, conocido como Yachar, que carecía de
estatuas, culto y demás honores, porque por su bondad, no era preciso
propiciarlo, y además sabía lo que era preciso a cada hombre. Yachar
tenía a sus órdenes una legión de espíritus benéficos, especie de ángeles de
color, a él se enfrentaba el espíritu del mal, Angat, y el mál supremo,
Taivadu.
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