Rómulo es el héroe fundador de Roma. En su leyenda
encontramos algunos rasgos típicos de los héroes. Tito
Livio cuenta la leyenda en el libro I de su Historia de Roma,
pero la narra como una venerable tradición mítica. Plutarco escribió
una biografía de Rómulo, colocada en paralelo a la del
mítico Teseo, segundo fundador de Atenas.
Diez generaciones después de que Ascanio, el hijo de Eneas,
fugitivo de Troya, fundara la ciudad capital del Lacio, Amulio
depuso violentamente a su hermano Númitor como rey de Alba
Longa y ocupó el trono. Obligó entonces a la hija de éste, Rea
Silvia, a profesar como sacerdotisa vestal, lo que la obligaba a
permanecer virgen. Pero el dios Marte se unió a la joven vestal,
y Rea Silvia alumbró un par de gemelos. Amulio dio órdenes de
arrojarlos al río Tiber. Pero los dos niños —Rómulo y Remo—
fueron arrastrados a la orilla, donde los calentó y amamantó una
loba. Más tarde los recogieron una pareja de pastores, admirados
del afecto maternal de la loba. Crecieron y ya adolescentes
fueron reconocidos por su abuelo Númitor y, al servicio de éste,
dieron muerte al usurpador Amulio, y restituyeron a su abuelo
Númitor en el trono de Alba Longa. Ellos decidieron fundar
una ciudad en las márgenes del río Tiber. Para ello consultaron
los auspicios y éstos designaron como futuro rey a Rómulo,
quien trazó con el arado un surco sobre el Palatino que definía
los límites de la nueva ciudad. Pero Remo se burló y saltó sobre
el pomorium , la línea sagrada del recinto, y entonces Rómulo
tuvo que luchar con él y matarlo de un lanzazo. (La fecha de
esta fundación mítica de Roma se sitúa en 753 a. de C.)
La ciudad se llamó Roma por el nombre de su fundador. El
fratricidio original aseguró a Rómulo el poder, pero lastró
como una mancha el destino de la ciudad, que sufrirá muchas
guerras civiles. Fue poblada por pastores y otros hombres del
camino (gente al margen de la ley, bandidos, fugitivos, vagabundos
sin patria). Faltos de mujeres, recurrieron a un astuto y
violento uso para aumentar su población: raptaron a las jóvenes
de un pueblo vecino, las sabinas, y se casaron con ellas para
tener pronta descendencia. Los sabinos emprendieron una expedición
de venganza, asaltaron el Capitolio y lo tomaron con
la complicidad de una joven, Tarpeya, cuya traición pagaron
aplastándola bajo sus escudos. Pero luego, las raptadas se interpusieron
entre ambos bandos, entre sus padres y sus esposos.
Rómulo fue rey largo tiempo en Roma y luego desapareció
durante una tempestad misteriosamente. Así que se dijo que
los dioses se lo habían llevado y convertido en un dios, con el
nombre de Quirino.
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