Cuando era noche -o como ellos, los muiscas, lo interpretaban-,
antes que hubiera nada de este mundo, estaba la luz metida allá en una
cosa grande, que para significarla la llamaban chiminigagua, de donde
después salió; y que aquella cosa o este chiminigagua en que estaba
metida esta luz, y según el modo que tienen de darse a entender en
esto, quiere decir lo que nosotros llamamos Dios, comenzó a amanecer
y mostrar la luz que en sí tenía, y dio luego principio a crear cosas en
aquella primera luz. Las primeras que creó fueron unas aves negras,
grandes, a las cuales mandó, al punto que tuvieron ser, fuesen por todo
el mundo echando aliento o aire por los picos, el cual aire era todo lúcido
y resplandeciente; con que habiendo hecho lo que les mandaron
quedó todo el mundo claro e iluminado como está ahora... A este dios
reconocen por omnipotente señor universal de todas las cosas y siempre
bueno, y que creó también todo lo demás que hay en este mundo,
con que quedó tan lleno y hermoso; pero como de entre las demás criaturas
veían la más hermosa al Sol, decían que a él se debía adorar, y a
la Luna como a su mujer y compañera, de donde les vino que aún en
los ídolos que adoraban, jamás es uno solo sino macho y hembra. No se
persuadían de que entre las demás cosas creó Dios hombres y mujeres,
sino que estando en el mundo las demás, faltaban estas dos, y así se
remedió esta falta de esta manera:
En el distrito de la ciudad de Tunja, a cuatro leguas a la parte del
norte y una de un pueblo de indios que llaman Iguaque, se hace una
coronación de empinadas sierras, tierra muy fría y tan cubierta de páramos
y ordinarias neblinas que casi en todo el año no se descubren sus
cumbres, si no es al mediodía por el mes de enero. Entre estas sierras y
cumbres se hace una muy honda, de donde dicen los indios que a poco
de como amaneció o apareció la luz y fueron creadas las demás cosas,
salió una mujer que llaman Bachue y por otro nombre, acomodado a las
buenas obras que les hizo, Furachoque, que quiere decir mujer buena
[porque fura llaman a la mujer y choque es cosa buena]. Sacó consigo
de la mano un niño de entre las mismas aguas, de edad de hasta tres
años, y bajando ambos juntos de la sierra a lo llano, donde ahora está
el pueblo de Iguaque, hicieron una casa donde vivieron hasta que el
muchacho tuvo edad para casarse con ella, porque luego que la tuvo
se casó, y fue el casamiento tan importante y la mujer tan prolífera y
fecunda, que de cada parto paría cuatro o seis hijos, conque se vino a
llenar toda la Tierra de gente, porque andaban ambos por muchas partes
dejando hijos, hasta que después de muchos años, estando la Tierra llena
de hombres y los dos ya muy viejos, se volvieron al mismo pueblo;
y de él llamando a mucha gente para que los acompañara a la laguna de
donde salieron, junto a la cual les hizo la Bachue una plática exhortando
a todos a la paz y conservación entre sí, la guarda de los preceptos
y leyes que les había dado, que no eran pocos, en especial en orden al
culto de los dioses, y concluido se despidió con singulares clamores y
llantos de ambas partes; y convirtiéndose ella y su marido en dos grandes
culebras, se metieron por las aguas de la laguna, y nunca más aparecieron
por entonces, si bien la Bachue después se apareció muchas
veces en otras partes, por haber determinado desde allí los indios contarla
entre sus dioses, en pago de los beneficios que les había hecho...
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