Este mundo viene de una mujer llamada Tatéi Yurianaca, Nuestra
Madre Tierra Fecunda. Nuestro hermano mayor, Venadito del Sol, fue
quien la fecundó. En el mundo primero y oscuro de Huatetüapa, la Tierra
vivía en la forma de una mujer. Allá, Cauyumarie le preguntó si
quería convertirse en un mundo amplio y le explicó:
-Tú tendrás algunos de los dioses más importantes y serás un mundo
grande. Tú serás una jicara, como matriz del mundo, y te criará a
base de mi fuerza.
Yurianaca estuvo de acuerdo y entonces Cauyumarie, haciéndose
muy chiquito, se introdujo en la matriz de Yurianaca. Ésta quedó embarazada
y empezó a ensancharse, para que hubiera en ella campo suficiente
para las frutas y las comidas. Así nació el mundo, o sea, la Tierra.
Cauyumarie está dentro de la panza de Yurianaca, con cabeza de
venado y cuerpo de persona. En el centro de la matriz sembró lo que el
huichol podía comer antes de conocer la agricultura: el hongo, la cebolla
bronca, tomatillo, chile, guajes (leguminosas) y dos especies de
nopal... Además, Cauyumarie dejó el gusano comestible y la iguana.
Cauyumarie obró con la ayuda de sus aliados. Tatehuarí, el amo del
fuego, fue encargado del Venado Azul, el antepasado de los venados,
cuya sangre alimenta el alma de los dioses. Tatehuarí camina sobre las
llores, así como Tahueviécame, Nuestro Padre Sol. El mundo está rodeado
de agua, cuya vida simbolizan cuatro águilas nacidas de la espuma
de los mares. Las águilas vigilan los cuatro puntos cardinales.
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