Tiene cuerpo de tronco de árbol recubierto de musgo, largas barbas
musgosas, ojos terribles y está dotado de una cierta luminosidad o fosforescencia.
Moviéndose rígidamente espanta a quienes a deshoras de
la noche transitan por guaduales espesos o montecitos. Antiguamente
ésta era la advertencia de los mayores: «No vayan a pasar por el guadual
de la Calle Muerta de las siete de la noche en adelante porque les
sale el Viejo Musgo».
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