Cuando Brahmadatta reinaba en Benarés, el futuro buda nació en una familia de campesinos. Al crecer, empezó a ganarse la vida labrando la tierra.
En aquella época, había un buhonero que transportaba sus artículos en un asno. Siempre que llegaba a un sitio nuevo, descargaba su mercancía, vestía al asno con la piel de un león y lo dejaba suelto en los campos de arroz y cebada. Un día, los guardianes del campo no se atrevieron a acercarse a él; se marcharon a casa y extendieron la noticia. Todos los aldeanos salieron armados, haciendo sonar caracolas, aporreando tambores y gritando. Aterrado, el asno emitió un sonido: ¡el rebuzno de un asno!
Y cuando se dio cuenta de que debía ser un asno, el futuro buda pronunció el primer verso:
«Ese no es el rugido de un tigre,
Ni el de una pantera, o un león.
¡El que ruge tiene piel de fiera
Pero es asno de corazón!».
Pero cuando los aldeanos descubrieron que la criatura era un asno lo molieron a palos y se marcharon llevándose la piel del león. Al regreso del buhonero, vio al asno caído en tan malas condiciones que pronunció el segundo verso:
«Bien podría el pobre asno,
Vestido con la piel del león,
Haberse hinchado a cebada.
¡Pero rebuznó! Y esa fue su perdición».
Y mientras esto decía, el asno murió.
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