sábado, 23 de marzo de 2019

EL ARRIBO DE CRISTO

Recordemos el día de la más triste ofrenda – La de Cristo, que únicamente dio, sin aceptar nada. Esta determinación desde una temprana edad lo llevó a Él a través de un desierto abrasador. Y sus pies se quemaron como aquellos de un simple cochero.
Nosotros Lo esperamos. Pero como de costumbre, el momento de su llegada era imprevisto. Se me había traído un caballo y Yo me estaba despidiendo de mi familia cuando un sirviente divisó un viajero en harapos. Su cara delgada estaba pálida y su pelo colgaba ondulado hasta más abajo de Sus hombros. Su cuerpo estaba cubierto sólo con una tela para costales. Ni siquiera vi un recipiente para agua. Mi esposa fue la primera que salió a recibirLo y cuando después le pregunté por qué había corrido para encontraLo, me dijo, “Sentí como si una estrella brillaba en mi seno y el calor, hasta el dolor, estalló en rayos.”
A medida que el Viajero se aproximaba a la tienda se notaba Su exaltación. Entonces, entendí Quién había llegado.
Luego de haber cruzado el desierto Él consumió únicamente un pan de maíz y una taza de agua. De pronto preguntó, “¿Cuándo partimos? Yo respondí, “Cuando las estrellas lo permitan.”
Y Él esperó las señales de las estrellas. Él únicamente repetía en silencio, “¿Cuándo?”
Y señalando la estrella dije, “Hay sangre en Piscis.”
Él sólo asintió.
Así, Esperamos por tres años. Y la luz de la estrella brilló sobre Nosotros. Recuerdo que Él habló algo de una visión de Luz en la que un niño Le trajo una espada. Y cuando la Luz, como un arco iris, cayó sobre Él, una Voz sin sonido le ordenó partir. Se me dijo que Lo acompañara, donde Yo mismo no podía entrar todavía.
Partimos en la noche en un camello blanco. Y viajando en las noches llegamos a Lahore donde encontramos, aparentemente esperándonos, a un seguidor de Buda. Nunca había visto una decisión como esa ya que Nosotros estuvimos en Nuestro camino por tres años. Lo esperamos y Lo Llevamos al Jordán. Nuevamente su cuerpo estaba cubierto con una tela blanca para costales. Y nuevamente Él partió solo con el Sol de la mañana.
Y un arco iris brilló sobre Él.

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