El llamado ciclo de Baal engloba una serie de textos que describen
las vicisitudes por las que pasa este dios para afirmar
su predominio como rey de dioses y hombres. Predominio
que tiene su fundamento en su reconocida capacidad, como
dios de la lluvia, de garantizar la vida y la fertilidad en una
zona que depende esencialmente de la misma. De entre estos
textos, los contenidos en las tablillas KTU 1.1-6 constituyen
lo que denominaríamos el ciclo canónico1. Incluso cabe pensar
que forman una unidad redaccional, aunque el estado
fragmentario de los mismos, que tantas veces habremos de
lamentar en relación con el conjunto de la literatura ugarítica
que nos ha llegado, nos impide afirmarlo con seguridad.
Sobre todo las tres primeras tablillas no ofrecen una secuencia
clara, ni entre sí ni en relación con las siguientes. Podríamos
estar ante diferentes unidades redaccionales. Sin embargo,
desde el punto de vista ‘del argumento mitológico’, la
secuencia puede asumirse con mucha probabilidad.
Aquí lo presentaremos repartido en tres mitemas perfectamente
concatenados entre sí: el del Combate de Baal
contra Yam, el dios Mar u Océano primordial; el de la Construcción
del palacio de Baal, su morada, baluarte y despensa;
y, finalmente, el del Combate de Baal con Mot, el dios Muerte.
Por el primero, Baal conquista su derecho a la suprema
cía entre los dioses, reconocida y sancionada por el dios supremo,
El. Por el segundo, tal supremacía se confirma, impone
y es reconocida por dioses y hombres. Por el tercero,
tal afirmación del dios de la vida se somete al test permanente
de su propio límite, la muerte, y se transforma en una
victoria que debe renovarse constantemente (la vida no es,
sino que deviene, es un proceso de constante acoso y superación).
Todos estos contrastes y luchas divinas están presididos
por la suprema y en cierto sentido lejana figura del dios El.
Este dios primordial nunca perderá su supremacía, pero deja
que sus ‘hijos’ se repartan el ‘cosmos’; mejor dicho, que organicen
ese cosmos a través del contraste de las fuerzas y
poderes que incorporan. El se limitará a dar su sanción, y de
esa manera legitimar y confirmar el resultado de tal contraste,
desde una aparente neutralidad. Como dios primordial
tiene sus raíces, su morada, en el fondo del caos: Yam es por
eso su ‘hijo predilecto’. Pero como dios creador patrocina la
vida y la organización consiguiente del ‘cosmos’ en la que
aquélla prospera. Por tanto se pondrá de parte de Baal en su
enfrentamiento con los poderes del caos y la muerte. De esta
manera, en la concepción baálica, la realidad se organiza en
tres ámbitos, presididos cada uno por un ‘hijo de El’: el Océano
primordial, dominado por el dios Yam, el Cielo en y desde
el que reina Baal, y el Infierno, la trastienda de la vida, en
el que impera Mot. Los tres ámbitos en que también la mitología
griega dividía el poder de los dioses: el cielo-tierra para
Júpiter, el mar para Poseidón y el infierno para Plutón. Y en
el centro de este triángulo mitológico, la tierra del hombre
abierta al beneficio o maleficio de aquellos poderes.
Esta es una concepción mitológica enormemente dinámica
y de una profunda significación antropológica, a medio
camino entre un pesimismo nihilista y un optimismo
irreal. La vida es una conquista incesante y frágil, siempre
amenazada de muerte, absorbida por ésta. Se trata de una
concepción religiosa que no aporta una seguridad cómoda y
definitiva: su mismo dios se ve sometido a una incesante y
anual pasión para salvar el destino de la vida. En esta efeméride
personal tendrá dioses ‘ayudantes’ y dioses ‘contrincantes’;
bandos en que se divide el panteón ugarítico en razón
misma del reparto de poderes esbozado y la mentada ambivalencia
del dios supremo El, del que todos son ‘hijos’. Entre
aquéllos sobresaldrán el dios de la magia, Kothar, y la diosa
del amor y la guerra, Anat, su hermana-esposa. El dios Sol
(Shapash) resultará más ambivalente en su actuación en estos
conflictos. La realeza de Baal es, pues, una realeza ardua
y limitada, como de hecho se vivía y percibía la realeza empírica
en aquellas coordenadas históricas: el rey debía vivir
en un constante esfuerzo de afirmación, en lucha permanente
contra sus enemigos y supeditado al poder supremo de
Hatti o de Egipto.
De hecho, aparte de esta concepción mitológica de base,
el ciclo de Baal está presidido por una estructurante ideología
regia. Todo poder decisivo tiende a afirmarse como realeza,
con lo que el mito adquiere un ineludible sentido político.
Se refleja en él, por un lado y de manera más superficial,
el orden imperante históricamente en la Siria del II milenio,
al que más arriba nos referíamos. Bajo la suprema y lejana
preeminencia del soberano hitita (o egipcio para el caso de
la Siria meridional), los monarcas de los pequeños reinos
sirios se afirman en constante pugna de unos con otros, circunscritos
en su poder y en riesgo constante de perderlo.
Aquél se limitará las más de las veces a sancionar situaciones
de hecho surgidas de tales conflictos, con tal de que éstos no
afecten a su soberanía imperial.
Pero, a un nivel más profundo, se da en esta formulación
literaria una osmosis ideológica entre el rey como dios
y el dios como rey. La realeza como categoría absoluta y
divina en la que se expresa el poder de los dioses, que otorga
a los reyes humanos una capacidad de ser y actuar equiparable
a la de aquéllos y que se consumará en una identificación
con la esfera divina post mortem. Baal era el patrón de la
cía entre los dioses, reconocida y sancionada por el dios supremo,
El. Por el segundo, tal supremacía se confirma, impone
y es reconocida por dioses y hombres. Por el tercero,
tal afirmación del dios de la vida se somete al test permanente
de su propio límite, la muerte, y se transforma en una
victoria que debe renovarse constantemente (la vida no es,
sino que deviene, es un proceso de constante acoso y superación).
Todos estos contrastes y luchas divinas están presididos
por la suprema y en cierto sentido lejana figura del dios El.
Este dios primordial nunca perderá su supremacía, pero deja
que sus ‘hijos’ se repartan el ‘cosmos’; mejor dicho, que organicen
ese cosmos a través del contraste de las fuerzas y
poderes que incorporan. El se limitará a dar su sanción, y de
esa manera legitimar y confirmar el resultado de tal contraste,
desde una aparente neutralidad. Como dios primordial
tiene sus raíces, su morada, en el fondo del caos: Yam es por
eso su ‘hijo predilecto’. Pero como dios creador patrocina la
vida y la organización consiguiente del ‘cosmos’ en la que
aquélla prospera. Por tanto se pondrá de parte de Baal en su
enfrentamiento con los poderes del caos y la muerte. De esta
manera, en la concepción baálica, la realidad se organiza en
tres ámbitos, presididos cada uno por un ‘hijo de El’: el Océano
primordial, dominado por el dios Yam, el Cielo en y desde
el que reina Baal, y el Infierno, la trastienda de la vida, en
el que impera Mot. Los tres ámbitos en que también la mitología
griega dividía el poder de los dioses: el cielo-tierra para
Júpiter, el mar para Poseidón y el infierno para Plutón. Y en
el centro de este triángulo mitológico, la tierra del hombre
abierta al beneficio o maleficio de aquellos poderes.
Esta es una concepción mitológica enormemente dinámica
y de una profunda significación antropológica, a medio
camino entre un pesimismo nihilista y un optimismo
irreal. La vida es una conquista incesante y frágil, siempre
amenazada de muerte, absorbida por ésta. Se trata de. una
concepción religiosa que no aporta una seguridad cómoda y
definitiva: su mismo dios se ve sometido a una incesante y
anual pasión para salvar el destino de la vida. En esta efeméride
personal tendrá dioses ‘ayudantes’ y dioses ‘contrincantes’;
bandos en que se divide el panteón ugarítico en razón
misma del reparto de poderes esbozado y la mentada ambivalencia
del dios supremo El, del que todos son ‘hijos’. Entre
aquéllos sobresaldrán el dios de la magia, Kothar, y la diosa
del amor y la guerra, Anat, su hermana-esposa. El dios Sol
(Shapash) resultará más ambivalente en su actuación en estos
conflictos. La realeza de Baal es, pues, una realeza ardua
y limitada, como de hecho se vivía y percibía la realeza empírica
en aquellas coordenadas históricas: el rey debía vivir
en un constante esfuerzo de afirmación, en lucha permanente
contra sus enemigos y supeditado al poder supremo de
Hatti o de Egipto.
De hecho, aparte de esta concepción mitológica de base,
el ciclo de Baal está presidido por una estructurante ideología
regia. Todo poder decisivo tiende a afirmarse como realeza,
con lo que el mito adquiere un ineludible sentido político.
Se refleja en él, por un lado y de manera más superficial,
el orden imperante históricamente en la Siria del II milenio,
al que más arriba nos referíamos. Bajo la suprema y lejana
preeminencia del soberano hitita (o egipcio para el caso de
la Siria meridional), los monarcas de los pequeños reinos
sirios se afirman en constante pugna de unos con otros, circunscritos
en su poder y en riesgo constante de perderlo.
Aquél se limitará las más de las veces a sancionar situaciones
de hecho surgidas de tales conflictos, con tal de que éstos no
afecten a su soberanía imperial.
Pero, a un nivel más profundo, se da en esta formulación
literaria una osmosis ideológica entre el rey como dios
y el dios como rey. La realeza como categoría absoluta y
divina en la que se expresa el poder de los dioses, que otorga
a los reyes humanos una capacidad de ser y actuar equiparable
a la de aquéllos y que se consumará en una identificación
con la esfera divina post mortem. Baal era el patrón de la
dinastía real y a su vez el rey era entronizado como ‘Baal’,
según sabemos por un texto de Mari (A. 1968:2’-5?) en el
que el dios Baal/Adad de Alepo, el gran Baal amorreo-cananeo,
dice al rey Zimri-Lin: «Las armas con que combatí a
Témtum (el Abismo/Mar) te las entregué a ti; con el óleo de
mi victoria te ungí». Es clara la referencia al mito ugarítico y
al combate de Marduk con Tiamat en el poema babilónico
Enuma Elis. El mitema, pues, se remonta a principios del II
milenio y se presenta perfectamente integrado en la afirmación
y legitimación de la monarquía amorrea de Mari, como
lo sería medio milenio más tarde de la de Ugarit.
Esta mitología de la fertilidad resulta así a la vez una
teología de la realeza, entendida como realidad y regalidad
al mismo tiempo. En esta perspectiva, el dios El mantendrá
inmarcesible su carácter de Emperador indiscutido, si bien el
dios próximo y de recurso inmediato será siempre Baal. A él
acudirán los fieles ugaritas más a que ningún otro dios y la
tradición épica, como veremos, revelará su papel de intercesor
en favor del rey ante el dios supremo El.
Tal conjunto literario constituye el mito sirio por excelencia,
sin paralelo en otras literaturas orientales, pero sí con
posible influencia en otros mitos mesopotámicos. A este respecto
hoy en día comienza a abrirse paso la opinión de que
el mito babilónico del Enuma Elis y la figura de Marduk qué
en él se dibuja tienen ascendencia semítica occidental o amorrea,
como demostraría el citado texto de Mari.
NOTAS
1. Sobre el orden de las tablillas, cf. MLC 81ss.; últimamente resúme la
situación M. Smith, The Ugaritic Baal Cycle I, Leiden-New York-Koln, 1994,
pp. 2ss.; una opinión divergente ofrece J. C. de Moor, The SeasonalPattem in
the Ugaritic Myth ofBtFÍu, Neukirchen-Vluyn, 1971, pp. 35ss,
LA LUCHA ENTRE BAAL Y YAM
(KTU 1.1-1.2)
El primer mitema {KTU 1.1 y 1.2), de los tres en que hemos
dividido el ciclo, se inicia con un lamento que describe o
expone la situación lamentable en que se encuentra la divinidad,
al parecer Yam (el texto de esta columna es muy fragmentario).
Tal lamento, tiene el propósito de excitar el
compromiso del dios supremo El en favor de aquél, propósito
que se logra al declararse El por Yam y nombrarle rey.
Pero tal declaración, necesaria en la concepción mitológica
de Ugarit que recurre siempre a El para legitimar la preeminencia
entre los dioses, sólo es efectiva si va acompañada de
la^victoria sobre el posible contrincante. Y en este caso, el
contrincante es Baal, el protagonista del mito. Lo que ha
hecho, pues, El es sancionar un contraste, convocando a los
dioses a un festín para que accedan y colaboren con su decisión.
De tales convocatorias el texto nos ha conservado sólo
las de los dioses Anat y Kothar, con sus respectivos encargos,
sin duda los más significativos, enunciadas a través de un
formulario tópico de viaje y citación, fragmentario pero
reconstruible a partir de sus paralelos. En principio, el dios
artesano responde, al parecer, a la llamada de El, aunque
luego, una vez resuelto Baal a luchar contra su adversario, se
pondrá de su parte. De Anat-Ashtarte el mito sólo nos conservará
una intervención más bien recusante y opuesta al
furor destructor y victorioso de Baal, coincidiendo con la
postura medrosa y aquiescente de los demás dioses.
De hecho, después de haber recibido Kothar el (segundo)
encargo del dios supremo El de edificar el palacio de Yam, el
contraste entre los dos contrincantes es ineludible. La pretensión
del dios Athtar, como posible tercero en discordia,
es orillada por el dios Sol, Shapash, que le disuade de querer
enfrentarse con él, pues Yam posee el beneplácito de El,
mientras su insuficiencia para el cargo de rey es manifiesta.
A la negativa de sometimiento, formulada imprecatoriamente
por Baal, que equivale a una declaración de guerra e
insumisión frente a El y Yam, responde éste exigiendo de los
dioses que le sea entregado Baal, de acuerdo con el decreto
de El. Los dioses, a pesar de la reprimenda de Baal, enmudecen
ante la demanda y El decreta el sometimiento de Baal a
Yam, a quien había encargado ya anteriormente llevarlo a
cabo.A pesar de tener todo el ‘cielo’ en contra, Baal se rebela
y ataca a los mensajeros de Yam, como expresión de su
voluntad de responder en persona a su señor. Su respuesta
no se nos ha conservado, pero los hechos la suplen y nos
presentan a continuación a las dos divinidades enzarzadas
en singular combate. Este es encarnizado, pues Yam resulta
invulnerable, y cuando ya parece que la suerte es decididamente
adversa para Baal, la intervención mágica del dios
artesano Kothar le dota de armas capaces de destruir a su
adversario, al segundo intento. Así, con ayuda de una fuerza
superior a la voluntad misma de los dioses, la magia, consigue
Baal al fin la victoria sobre su contrincante y se alza con
la dignidad real. Ya sólo falta que El sancione lo que la
victoria ha demostrado, incluso contra su decisión, aunque
no contra su sospecha. A este mitema de La lucha de Baal y
Yam hace referencia, sin duda, el texto de Mari citado más
arriba.
El conflicto entre Yam y Baal reproduce, sin duda, un
contraste o crisis natural vivida con especial intensidad y
urgencia por las gentes de Ugarit, o tradicionalmente recibida
y transmitida en su ámbito. En este sentido, el episodio
mítico parece estar unido al contraste primordial, que atestigua
toda la mitología oriental, entre el caos acuoso y el cos
mos organizado y fértil; de él poseemos, al parecer, varias
versiones o alusiones en la misma Ugarit, como hacen suponer
las referencias a la victoria sobre Leviatán/Lotán y
Tunnán por parte de Baal y Anat. La misma Biblia hebrea ha
guardado vestigios de estos combates míticos, tanto en el
relato tardío de la creación (Gn 1) como en algunas alusiones
sueltas a los mismos (Sal 65,7-8; 74,12-17; 89,10-15;
93,1-5; 104,1-9; Job 9,5-14; 38,8-11; 40,15-41...).
El fenómeno del mar es para las gentes de Ugarit, que
viven a su orilla y lo surcan incesantemente, un elemento de
interés mitificador que transciende y engloba la significación
estacional que el mal tiempo invernal representa como
momento de riesgo y aniquilación de la vida, que en él se
está gestando. Su contención es vivida como un contraste
radical y primordial entre dioses. Este combate primordial
acaba con él de una vez para siempre y se asegura la supremacía
de Baal, que garantiza la tranquilidad del orden cósmico,
incluso la navegación: la osadía de lanzarse al Mar
vencido. Naturalmente, el mito posee también un sentido
estacional dentro de! tema de la fertilidad, en cuanto esa
victoria supone un control de la potencia siempre amenazante
del Mar que permite el desarrollo de la vida en la
tierra, sobre la que reina Baal, que la fecunda con su lluvia;
sentido que se pone sobre todo de relieve en los momentos
de su mayor furor.
KTU 1.1 V
Esta tablilla, de seis columnas, ha perdido dos (Vly l)y debe
leerse en orden inverso al de su numeración original'. La columna
V, de la que se conservan sólo cabos de líneas, se presenta
como un diálogo entre dioses (éEl y Yam?) en el que es
posible vislumbrar su confabulación contra Baal, quizá como
consecuencia de la actitud prepotente de este dios.
El texto comienza aquí a ofrecer sentido y nos presenta al
dios El que invita (?) a los dioses a un banquete en que proclamará
a Yam su rey, instándole a derrocar a Baal en un
pugilato, ya que sólo esa victoria dará efectividad a su proclamación.
Tal invitación resulta tanto la consecuencia de la
trama prevista en la columna precedente como la respuesta a
una queja de una(s) diosa(s) (Ha diosa madre, Ashera?) contra
Baal y en favor de Yam1.
Queja divina
(Laguna)
KTU 1.1 IV
Alto gritaron (/gritad) a [los distantes (dioses)],
[fuerte clamaron (/clamad)] a los lejanos,
a [la asamblea de los dioses] gritaron (/gritad):
— i El se ha sentado en [su sala de fiestas],
[está El bebiendo vino hasta la saciedad!3],
5 (mientras) ignominia del Eternal [es su morada],
[vergüenza] de los dioses la casa de vuestro ‘señor’
[ignominia la mansión de vuestro ‘dueño’*];
que no puede andar ligero por la tierra,
[ni marchar con presteza] por el polvo.
De barro asqueroso [se alimenta en abundancia],
le dan a beber suciedad a raudales.
Le ponen [una copa en la mano],
10 un cáliz entre las dos;
[lo que contiene es] una suerte de desperdicios,
como grava [lo que en él] se reúne.
¡Se ha declarado El enemigo (?)J de su hijo,
el Toro, [su padre, del nombre de Yaw (/Yam)!].
Proclamación de Yam
Y respondió el Benigno, El, el Entrañable:
— [¡Vaya que si proclamaré] el nombre de mi hijo Yaw!6;
¡[de cierto, (?)] diosa(s)!, [su nombre es: ‘Amado de El’ (?)].
Y proclamó el nombre de Yam, 15
[el nombre de (/del) Amado de El].
[Entonces la(s) diosa(s)] respondió (/respondieron):
— Para nuestro sustento [se ha proclamado tu nombre],
has sido tú proclamado ‘señor’.
[Y respondió el Toro El, su padre]:
— Yo, el Benigno, El, [el Entrañable],
[el cetro (?) te he puesto] en ¡as manos,
he proclado [tu nombre, Yam (?)],
tu nombre es: ‘Amado de El’. 20
[Se te adjudicará el palacio (hecho) con mí oro],
[se te dará] la casa (hecha) con mi plata,
que habrás [de conquistar y arrebatar]
de manos de Baal, el Todopoderoso,
^ [de manos del Auriga de las nubes].
Pues nos (/me) despreció [en su orgullo (?)],
[nos (/me) molestó en su altivez (?)].
¡Arrójale de [su trono regio],
[del diván, del solio] de su poder, 25
[espantándole como un pájaro de sus dominios (?)!7]
Pues si no [le arrojas de su trono (?)],
te aplastará como [un cordero en tierra],
[como un lechón contra el suelo (?)8].
Banquete
Ofreció El [un festín en su casa],
[un banquete en su palacio].
Proclamó [en la sala de fiestas el nombre de Yam (?)],
[su nombre es ‘Amado de El’].
Degolló bueyes [y también ovejas], 30
45
[abatió] toros y [carneros cebones],
[novillos de un año]
corderos, [lechales a montones9].
(Laguna)
KTU 1.1 III
En consonancia con la situación, El cita al dios artesano
Kothar para encargarle la labor que debe llevar a cabo en
beneficio de Yam, cita a la que aquel dios responde con presteza10.
Mensaje de El a Kothar
(Laguna)
— [Así, pues, poned" cara]
1 [hacia Menfis1-5, que de (un) dios es todo él]:
[Creta] es la sede [de su trono],
[Menfis, la tierra de su propiedad].
A través de mil acres, [diez mil fanegas13]
[a los pies de Kothar14] inclinaos y caed,
[postraos y rendidle honores];
y decid a [Kothar-Hasis],
5 [repetid a (Hayan)], el artesano ambidiestro:
— [Mensaje del Toro, El, tu padre],
palabra del Benigno, [tu progenitor]:
— ¡Oh Kothar...,
prepara...
dispón en la roca (?)...!
10 — Empuña tu asta (y) tu [maza]15,
[hacia mí tus pies se den prisa],
hacia mí se apresuren [tus pasos],
[hacia la montaña], el monte Kas16.
Pues tengo un dicho [que voy a comunicarte],
una palabra que quiero repetirte.
[Es el dicho del árbol y la charla de la piedra17]:
el cuchicheo de los cielos con [la tierra],
[de los abismos con las estrellas].
<La piedra18 del rayo que no comprenden los cielos>,
la ‘voz’ que no comprenden los hombres, 15
[ni entienden las multitudes de la tierra].
Ven y yo (te) lo [revelaré]
[en mi montaña, el monte Kas].
Respuesta y marcha de Kothar
Respondió Kothar-Hasis:
— [Idos, idos, heraldos divinos];
vosotros podéis ir despacio, [pero yo he de dejar]
[Creta] por el dios más lejano19,
Menfis [por la divinidad más distante],
a/por dos capas debajo de [las fuentes de la tierra], 20
[tres medidas] de las profundidades20.
Así, puso entonces [cara]
[hacia el benigno], El, el Entrañable21,
hacia la montaña, [el monte Kas].
Se presentó en la gruta22 de El [y entró]
[en la residencia del Rey], Padre de años23.
A [los pies de El se inclinó y cayó],
se postró [y le rindió honores], 25
[Y replicó] el Toro El, [su pa]dre:
— [Escucha, ¡oh Kothar-Hasis;
de prisa [construye...],
[de prisa...]
en medio [...].
(Laguna)
KTU 1.1 II
La columna reproduce los mismos formularios en relación
esta vez con la citación de la diosa Anat por parte de su padre
El; el resto es en gran parte irreconstruible.
Mensaje de El a Anat
(Laguna)
1* — [Así, pues, poned cara
hacia Inbub24.
A través de mil barrios, diez mil manzanas;
a los pies de Anat inclinaos y caed,
postraos y rendidle honores;
y decid a la Virgen25 Anat,
repetid a la ‘Pretendida de los pueblos’26:
— Mensaje del Toro El, tu padre,
palabra del Benigno, tu progenitor:
Sal al paso de la guerra en la tierra,
pon en la estepa concordia,
derrama paz en el seno de la tierra,
reposo en las entrañas del campo]27.
1 [Empuña tu asta (y) tu maza],
[ha]cia mí tus pies [se den prisa],
[hacia mí se apresuren] tus pasos,
[hacia la montaña, el monte Kas].
Mensaje de El a Anat
5 (Diez líneas de texto fragmentario y no reconstruible2S)
Así, [pusieron entonces cara]
[hacia] Inbub.
15 A través de mil barrios, [diez mil manzanas25],
[a los] pies de Anat [se inclinaron y cayeron],
[se] postraron y [le rindieron honores].
[Alzaron su voz y] exclamaron:
— Mensaje [del Toro30 El, tu padre],
[palabra del] Benigno, tu progenitor:
[Sal al paso de ía guerra en la tierra],
pon en la estepa [concordia],
[derrama paz] en el seno de la tierra,
20 [reposo en las entrañas] del campo.
Empuña [tu asta (y) tu maza],
[hacia mí cus pies] se den prisa,
[hacia mí se apresuren cus pasos],
hacia la montaña, [el monte Kas],
(Laguna)
KTU 1.2 III
El texto se continúa en la tablilla siguiente, de cuatro columnas,
cuyo orden es, con toda probabilidad, en razón del desarrollo
temático del mito, inverso al de la numeración originalcomo
pasaba con la primera31. En esta columna vuelven
a recurrir los mismos formularios que expresan la respuesta
del dios Kothar a lo que resulta una nueva cita por parte de El
para encargarle, esta vez de manera inequívoca, la construcción
del palacio del dios Yam. No es clara la necesidad de este
segundo encargo, a no ser que el primero no se refiriera al
‘palacio’*1.
Respuesta y marcha de Kothar
(Laguna)
— [Idos, idos, heraldos divinos;
vosotros podéis ir despacio, pero yo he de dejar
Creta] por el dios más lejano,
[Menfis por la divinidad más distante,
a/por dos capas debajo de las fuentes de la tierra,
a tres medidas de las profundidades33].
[Así], puso entonces cara
hacia El (que mora) en la fuente de [los dos raudales],
[en el seno del venero de los dos océanos34].
[Se presentó] en la gruta de El y entró
en la morada del Rey, [Padre de años].
[A los pies de El se inclinó] y cayó,
se postró y [le] rindió honores35.
Nuevo encargo del dios El
[Y respondió el Toro El, su padre]:
— [Escucha, ¡oh] Kothar-Hasis!: ¡venga!,
construye la casa de(l Príncipe) Yam,
[alza] el palacio del Juez3á [Nahar].
[la casa de] Nahar en medio [del mar],
¡Venga, Kothar-Hasis!,
a construir la casa del Príncipe Yam,
[a levantar] el palacio [del Juez] Nahar,
en medio del [venero de los dos océanos37].
10 [Date prisa] en construir su casa,
date prisa en alzar [su palacio].
[Mil acres abarcará] la casa,
[diez mil] fanegas el palacio.
Intromisión de Athtar
[Se apresuró] a encender [el fuego],
el Doncel en los campos de Yam;
[en la morada de] Yam
día [tras día lo encendió].
Entonces Athtar38, el [pretendiente {?), exclamó]:
— Llamaradas y [conflagación (?)],
[sí], el fuego [se encendió] para [mi palacio],
el fuego [para mi casa] trajeron,
y [así no me contaré]
como quien desciende [al infierno]
sin [casa y] sin hijo (?) w.
Intervención disuasoria de Shapash
[Entonces] Shapash, la Lámpara de los dioses, 15
alzó su voz y exclamó:
— [Escucha], por favor, [Athtar]:
[salió fiador40] el Toro El, tu padre,
ante el Príncipe Yam,
ante el Juez Nahar.
[¿Cómo] quieres que te escuche41
el Toro [El, tu padre?].
De seguro arrancará [el soporte de] tu asiento,
[volcará, sí,] tu [trono] regio,
sin duda romperá tu cetro de mando42.
Y respondió Athtar, el [pretendiente(?)]:
— ¡Tómame [de la mano (?)], Toro El, mi padre!
Yo no tengo casa como los dioses,
ni mansión [como los santos]43. 20
En solitario descenderé a mi ‘almario’44,
me lavarán hábiles [criados]
en la casa [del Príncipe] Yam,
en el palacio del Juez Nahar.
<Respondió Shapash: >
— Salió fiador (?) el Toro, El, su padre,
an[te el Prín]cipe Yam,
[ante el Juez Nahar],
¿Podrás tú [entonces] ser rey, sí o no?45.
Pues además no tienes mujer como [los dioses]
[ni esposa como los santos].
[En su casa] el Príncipe Yam morará,
[en su palacio] el Juez Nahar,
[a anunciarlo El] me envió46.
Y respondió Athtar [el pretendiente {?)] 25
Intervención disuasoria de Shapash
(Laguna)
En el proceso de afirmación de Yam como rey de los dioses se
llega ahora al enfrentamiento directo con su antagonista Baal,
cuya entrega y sumisión reclama a la asamblea de los dioses,
ante la negativa de éste a sometérsele voluntariamente, al
parecer.
Imprecación de Baal
(Laguna)
— Tú te has levantado contra [mí (?)].
[Y respondió] Baal, el Todopoderoso:
— [¡De tu trono seas arrojado],
5 [del trono de] tu poder [expulsado (?)!47]-
[¡En tu mollera Yagrush golpee],
en tu cabeza Ayyamur48, [Príncipe Yam],
[en tu mollera], Juez Nahar!
¡Rompa [Horón49, ¡oh Yam!],
[rompa Horón] tu cabeza,
Ashtarte50, [Nombre de Baal, tu mollera!]51.
¡[Ojalá...] tambaleándote (?)
caigas en el límite (...)
10 (y como al) Padre de años dos mujeres te tofmen...]!52.
Mensaje de Yam
Mensajeros envió Yam,
[una embajada el Juez Nahar];
que con gran regocijo partieron,
[con alegría en el rostro],
respirando satisfacción (?).
— Marchad mancebos [sin deteneros];
[así, pues, poned cara
hacia la Asamblea plenaria53,
hacia la montaña Lalu],
[A los pies de El] no caigáis,
no os postréis (ante) la [Asamblea] plenaria.
[Puestos en pie transmitid vuestro] encargo,
repetid vuestro comunicado
y decid al Toro El, [mi padre],
repetid a la Asamblea] plenaria:
— Mensaje de Yam, vuestro Señor,
de vuestro dueño, [el Juez Nahar]:
— Entregad, dioses, a quien rendís pleitesía,
a quien rendís pleitesía, multitudes54.
Entregad a Baal [y a sus servidores],
al hijo de Dagón, de cuyo oro pueda apoderarme.
Reaccción de los dioses y reproche de Baal
Marcharon los mancebos sin detenerse;
[así,] pusieron entonces cara
hacia la montaña Lalu55,
hacia la Asamblea plenaria.
A su vez los dioses a comer se habían sentado,
los santos a nutrirse,
estando Baal en pie junto a El.
Apenas los dioses les vieron,
vieron a los mensajeros de Yam,
a la embajada del Juez [Nahar],
bajaron los dioses sus cabezas
sobre sus rodillas
y asientos principescos.
Les reprochó Baal:
— ¿Por qué habéis bajado, dioses, vuestras cabezas,
sobre vuestras rodillas
y asientos principescos?
Alguno de los dioses habría de responder56
a los dictados de los mensajeros de Yam,
de la embajada del Juez Nahar.
Alzad, dioses, vuestras cabezas
de sobre vuestras rodillas,
de sobre vuestros asientos principescos,
que yo mismo voy a responder a los mensajeros de Yam,
a la embajada del Juez Nahar.
Alzaron los dioses sus cabezas
de sobre sus rodillas,
de sobre sus asientos principescos.
Transmisión del mensaje
30 Luego llegaron los mensajeros de Yam,
la embajada del Juez Nahar.
A los pies de El no cayeron,
no se postraron (ante) la Asamblea plenaria.
Puestos en pie transmitieron su encargo
repitieron su comunicado;
(como) una gran llamarada aparecieron,
(como) una espada afilada su [lengua].
Dijeron al Toro El, su padre:
— Mensaje de Yam, vuestro señor,
de vuestro [dueño], el Juez Nahar:
— Entregad, dioses, a quien rendís pleitesía,
35 a quien rendís pleitesía, [multitudes].
Entregad a Baal y a sus servidores
al hijo de Dagón, de cuyo oro pueda apoderarme.
Respuesta de El
[Respondió] el Toro El, su padre:
— Siervo tuyo es Baal, ioh Yam!,
siervo tuyo es Baal, [¡Nahar!],
el hijo de Dagón tu prisionero.
Él te aportará un tributo como los (otros) dioses,
él te aportará como los santos una ofrenda.
De ira se puso lívido ei Príncipe Baal.
[Agarró] en su mano un cuchillo,
en su diestra un machete.
[Golpeó (?)] a los mancebos [de Yam].
[Su diestra] Anat agarró, 40
su izquierda asió Ashtarre:
— ¿Cómo puedes [golpear a fos mensajeros de Yam],
a la embajada del Juez Nahar?
A un mensajero de llagas (le) había [cubierto la cabeza],
[herido] a (otro) mensajero en la espalda,
que las palabras de su señor [habían traído],
[el mensaje de su dueño...]í7.
De ira se puso lívido el Príncipe Baal.
Las terrazas con [los humores regó (?)58],
[los campos con la sangre] de los mensajeros de Yam, 45
de la embajada del Juez Nahar.
[Y respondió el Príncipe Baal]:
— Yo mismo contesto a Yam, vuestro señor,
a [vuestro dueño, el Juez Nahar]:
— [Escucha] la palabra del Campeón Hadad5’ :
¿Comparsa [de Yam, voy a ser yo ...]
[uno más de su séquito ... (?)],
de los que se prosternan ...?so.
(Laguna)
KTU 1.2 II
CTexto irreconstruible)
(Laguna)
KTU 1.2 IV
Del ataque a los mensajeros Baal pasa al enfrentamiento directo
con su antagonista, el dios Yam. En un primer momen-
to éste parece llevar ventaja, pero entonces viene en ayuda de
Baal el dios artesano y mago, Kothar, con el que al parecer ha
tenido un encuentro previo. Le proporciona el arma letal que
le otorgará la victoria sobre su enemigo. Aparece así la magia
como un poder autónomo y supremo al que están sometidos
los avatares de los mismos dioses.
Escena de combate
(Laguna)
1 — [La fuerza (?) de mi] mano cede,
fenece [el vigor (?) de mi] espíritu.
[A mi enemigo (?)] no fui capaz de expulsar,
aunque arrojé [mis dardos (?)61].
Pero en Yam la calma no sufrió mengua,
a Yam ei pecho [le creció (?)],
[al] Juez Nahar el tórax (?)62.
Entonces a espada intenté (arremeter)63,
poner fuego [a su casa (?)64].
(Pero) a tierra cayó nuestra fuerza,
5 al suelo nuestra potencia65.
(Apenas) de su boca la frase salió,
de sus labios su palabra,
cuando, dando un grito66, se precipitó
a los pies del trono del Príncipe Yam.
Intervención de Kothar
Y replicó Kothar-Hasis:
— íNo te lo dije67, ¡oh Príncipe Baal!,
no te le repetí, ioh Auriga de la nubes!?
Ahora a tu enemigo, Baal,
ahora a tu enemigo debes aplastar,
ahora debes destruir a tu adversario.
10 Posesiónate de tu reino eterno,
de tu dominio por los siglos de los siglos.
Las armas mágicas decisivas
Kothar dos mazas68 hizo bajar
y proclamó sus nombres:
— Tú tienes por nombre Yagrush1”.
¡Yagrush, expulsa a Yam,
expulsa a Yam de su trono,
a Nahar del solio de su poder!
Salta de las manos de Baal,
como un águila70 de sus dedos.
Golpea en los hombros al Príncipe Yam,
en el pecho al Juez Nahar.
Saltó la maza de las manos de Baal,
como un águila de sus dedos;
golpeó en los hombros al Príncipe Yam,
en el pecho al Juez Nahar.
(Pero) fuerte era Yam (y) no cayó,
no se doblaron sus artejos,
no se descompuso su figura.
Kothar (otras) dos mazas hizo bajar
y'proclamó sus nombres:
—Tú tienes por nombre Ayyamur71.
¡Ayyamur, echa a Yam,
echa a Yam de su trono,
a Nahar del solio de su poder!
Salta de las manos de Baal,
como un águila de sus dedos,
golpea en el cráneo al Príncipe Yam,
en la frente al Juez Nahar.
¡Que se desplome Yam,
y caiga a .tierra!
Saltó la maza de las manos de Baal,
como un águila de sus dedos;
golpeó en el cráneo al Príncipe Yam,
en la frente al Juez Nahar.
Se desplomó Yam,
cayó a tierra.
Se doblaron sus artejos,
y se descompuso su figura.
Arrastró Baal y deshizo a Yam,
acabó con el Juez Nahar.
intervención de Ashtarte
Por el nombre (le) reprochó Ashtarte72:
— Avergüénzate7-5, ¡oh Ba[al], el Victorioso!,
avergüénzate, ¡oh Auriga de las nubes!,
30 pues cautivo nuestro era eí Príncipe [Yam],
[pues] cautivo nuestro era el Juez Nahar.
Apenas salió [de su boca la frase],
se avergonzó, sí, Baal, el Victorioso,
pero [repuso (?) ...]:
—Yam está sin duda muerto,
Baal reina/e.
35 repuso:
—Yam está sin duda muerto,
[Baal reina/e],
(Texto irreconstruible)
(Laguna)
NOTAS
1. Algunos autores, como De Moor, Dietrich-Loretz y Pardee, mantienen
el orden de la editio princeps.
2. Pero el texto, demasiado fragmentario, no permite una interpretación
segura. Cf., para las diferentes opiniones: MI.C 99-102; J. C. de Moor,
An Anthology o f Reiigious Texts from Ugarit, Leiden, 1987, pp. 24-26; M.
Smith, The Ugaritic Baal Cycle, pp. 131-155.
3. Parri [a escena, vid. infra pp. 158ss. (KTU 1.114). Todas las reconstrucciones
del texto de esta columna son aproximativas y se fundan en el
contexto inmediato o en lugares paralelos del mito. La propuesta intenta salvar
aquí !a estructura prosódico-paralelística del verso ‘cananeo’.
4. El dios aludido podría ser Yam, que sufre la actuación desordenada
de Baal y cuya exaltación se describe a continuación.
5. Cf. DLU 152 (/G-R-Y/). /: ‘nombra a su hijo...’.
6. Alusión al cambio de nombre para ei nuevo rey. O posible error
escriba], dada la semejanza de los signos cuneiformes, por ym{.}k. En todo
caso, este ND yw no tiene que ver, al parecer, con el Dios de la Biblia yhwh.
7. Para la fórmula, cf. KTU 1.3 IV 1-3.
8. Para la fórmula, cf. KTU 1.3 V 1.
9. Para la fórmula, cf. KTU 1.4 VI 40-43.
10. La columna es reconstruida desde fórmulas y frases hechas que se
repiten a lo largo de estos textos.
11. Cabe la traducción en pasado ejecutivo; ‘pusieron cara es decir,
en el momento de la transmisión, no en el del encargo del mensaje. Sobre el
estilo y formulario de mensaje en la literatura ugarítica, cf. MLC 52ss.
12. Llamada en ug. hkpt, transcripción de eg. h(w)t-k'-pt(h), ‘la casa del
ka de Ptah’. En paralelo se menciona a Creta, ug. kptr. Ambos topónimos
definen el ámbito o morada del dios de la magia Kothar-Hasis, el Hefesto
cananeo.
13. Versión aproximativa de una frase hecha que pretende reproducir la
semántica de los términos semíticos [id, bnn) como medidas de superficie
más que de longitud. La frase podría unirse a! bícolon precedente como indicación
de la marcha más que de la meta.
14. También llamado Hayan, dios de la técnica y la magia, el Hefesto/
Vulcano siro-cananeo, descrito siempre como ‘el de los trabajos de las dos
manos’.
15. /: «apresúrate, corre, date prisa ug. hlk ‘sk ‘bsk.
’7' 16. Diferentes designaciones mitológicas del ‘Olimpo’ siro-cananeo, situado
para ios ugaritas en el monte Casio de la época clásica, el Gabalu-l-
’Aqra‘ moderno.
17. /: ‘un asunto de madera y una charla de piedra’. Esta sorprendente
expresión de implicaciones cósmicas parece referirse a la revelación del ‘rayo’,
realidad sólo conocida por la divinidad, que se apresta a revelarla, tal como
supone el texto paralelo KTU 1.3 III 20-28, del que aquí se ha omitido una
íínea. Las diferencias de versión surgen ante la ambigüedad que ofrece ug.
abtt, ‘piedra’ o formal verbal ‘yo entiendo’ [incluso: ‘yo construyo’], así como
ug. rgm, ‘voz', ‘palabra o dicho’, ‘asunto’ y ‘trueno’. Pero por qué el ‘rayo’ es
una palabra del árbol tiene que ver posiblemente con su simbolización como
el asta del dios de la Tempestad en la famosa estela de Baal, conservada en el
museo del Louvre: una rama florida que acaba en una cabeza de piedra. Dentro
del mismo lenguaje mitológico, la ‘voz’ del dios es el ‘trueno’.
18. /: ‘yo entiendo’, ug. abn.
19. /: ‘Creta está lejana, dioses’, ug. Irhq.
20. /: ‘con dos saltos entre los surcos de la tierra, con tres largos de hondonadas’.
Las versiones de esta ‘marcha’, bien ‘subterránea’ bien ‘atlética’, son
imprecisas lingüísticamente (ug. mtpdm, mth). La distancia tan retóricamente
indicada puede ser referida a la marcha o a la meta; cf. supra n. 13.
21. Atributos característicos del dios El (I'tpn il dpid), perfectamente in
terpretables desde la lexicografía árabe; incluso latif es un atributo de Allah en
el Corán.
22. Cf. DLU 139 (dd). /: "la tienda*, Éla montaña, ‘la antesala’, ‘campamento*.
23. /: Shanum, divinidad auxiliar del dios El (cf, KTU 1.114:19),
24. La morada de la diosa Anat (cf, KTU 1.100:20).
25. /: ‘doncella1, epíteto normativo de la diosa Anat.
26. Título específico de Anat, Como hermana-esposa-viuda (ybmt limtri)
de Baal, Anat es la novia pretendida por todos los dioses tutelares como su
paredra y protectora de sus pueblos (/: ‘de Lim’, divinidad amorrea no atestiguada
en Ugarit en otros contextos).
27. El texto reconstruye el "envío’ de los mensajeros y el ‘encargo* del
mensaje que a continuación se repite en forma ejecutiva (cf. KTU 1.3 III 14ss.).
28. Cf. los intentos de De Moor, ARTU 20s.; Dietrich-Loretz, TUA.T 4,
1104s,: éstos supondrían el encargo de reunir preciosos materiales así como el
propósito de llevar a cabo un conjuro (contra los enemigos).
29. Variante (ug. hzr> el segundo término falta) respecto al cliché habitual
que habla de ‘acres5 y ‘fanegas* (cf. n. 13); aquí la medida/distancia se
hace probablemente en función del espacio habitado.
30. Apelativo divino como expresión de fertilidad y poder.
31. De opinión contraria son también en este caso, entre otros autores,
de Moor, Dietrich-Loretz y Pardee.
32. En el texto fragmentario KTU 1.1 III 26-27 {?) tendríamos más bien
una ‘cita* de revelación o podría tratrarse de la fabricación del ‘rayo’ como
arma de combate, a cuyo desenlace victorioso seguiría la concesión del palacio,
como acontece a propósito de Baal. Así lo hemos supuesto en la traducción
ofrecida (cf. n. 17).
33. Para la fórmula, cf. KTU 1.1 ítl 17-21.
34. El sentido de ug. nhr, en paralelo con apq thmt\ Venero o cauce de
los dos abismo u océanos*» la fuente de los dos nkrm, hace relación a las
corrientes.primordiales, donde se sitúa la morada del dios supremo: en el
origen mismo del ‘agua* caótica y vital aí mismo tiempo. Para otra designación
de la morada de El» cf. n. 19. Asimismo, Nahar (nhr) es el epíteto paralelo
que designa al dios Yam, el Mar. No se trata en ningún caso de ‘río*. La
designación de! lugar comoapq, ‘cauce, lecho*, ha inducido a situar la morada
empírica y cultual del dios El en Khirbet *Apqa (Pope), en las fuentes del actual
Nahar ’lbrabim, entre otras localizaciones.
35. Fórmulas fijas de marcha y pleitesía.
36. En el sentido de ‘Jerarca*, ‘Soberano*, no precisamente de dictaminador
de pleitos.
37; La reconstrucción es hipotética. Alternativamente se podría suponer
el formulario previo (KTU 1.1 III 12) y situar la construcción del palacio de
Yam en ‘la montaña (de El), el monte Kas* (?). Cf. M. Smith,Tfce Ugaritic Baal
Cyclef pp. 22Jss.
38. Divinidad menor en Ugarit, siempre pretendiendo adelantar su candidatura
al trono de los dioses en las situaciones que enfrentan a éstos por el
mismo.
39. Texto deficiente y traducción hipotética; una interpretación comple*
tamente divergente ofrece de Moor, An Anthoiogy o f Reiigious Texts, p. 36.
Aquí se supone que comienza la realización de la labor encargada, lo que
suscita las expectactivas del dios Athrar, divinidad también de la tierra fértil
en la zona siro-cananea, que espera ser el suplente de Baal y destinatario del
palacio en construcción. Vid. infra KTU 1.6 1 53-67, una nueva aparición del
mismo en similar circunstancia. Para la restauración, cf. línea 19.
40. /: ‘vengará», en el sentido de tomar su partido. La raíz semítica *t'r
tiene el valor genérico de ‘salir en defensa’, no sólo el específicamente árabe
de ‘vengar la sangre’, es decir, el asesinato de un miembro de la familia.
41. /: ‘que no te oiga’, dada la anfibología de la partícula ug. I.
42. Fórmula fija (cf. KTU 1.6 VI 26-29).
43. Fórmula fija que define la situación de inferioridad de un dios no rey
(cf. KTU 1.3 V 38s., entre otros lugares).
44. Texto oscuro. El término ug. npSn, ‘sepultura’, connota probablemente
el doble sentido de ‘lugar de las almas’ {npií) y ‘garganta’ del dios Mot,
que engulle a los vivos, hombres y dioses, como relatará más tarde el mito (cf.
KTU 1.6 H 21-23).
45. /: ‘tanto si eres como si no eres rey’. Texto oscuro. Podría también
entenderse como dicho por Athtar: ‘íYo soy rey o no lo soy?’; ‘soy rey; si (no)
lo soy..,’.
46. Reconstrucción hipotética, como otras varias propuestas.
47. Reconstrucción hipotética, que supone la pretensión de ser rey y la
provisional accesión al trono de Yam, una vez construido su palacio.
48. Cf. KTU 1.2 IV llss. para estos nombres del par de mazas que Kothar
proporciona a Baal para derribar a Yam.
49. Divinidad relacionada con los conjuros según KTU 1.100:57ss.
50. Divinidad de escaso relieve en Ugarit, emparejada normalmente con
Anat, acaso como su doble. La advocación ‘Ashtarte, Nombre de Baal’ perdurará
en la práctica ritual feno-púnica.
51. Esta fórmula imprecatoria de maldición reaparece en KTU 1.16 VI
54-57.
52. Reconstrucción hipotética. ‘Padre de años’ (ug. ab fnm) es un calificativo
del dios El. Quizá se hace aquí referencia a situaciones como la supuesta
en KTU 1.114:17ss. Por otro lado, la imprecación parece haber sido escrita
en líneas más cortas que el resto de la columna (?).
53. Designación de la asamblea de todos los dioses reunidos en torno al
dios supremo El. Literalmente: ‘la Asamblea de la Convención’ (ug, phr ttfd).
El santuario del desierto se llama en la Biblia ‘la Tienda de la Convención’ (hb.
‘obel mo‘ed).
54. /• ‘las multitudes (de los hombres)’ (cf. 1.5 VI 24).
55. Otro nombre del Olimpo cananeo, en cuanto sede de la Asamblea
divina y, así, morada también del dios El. Los tres nombres (Huríana, Haisu y
Lula) aparecen documentados en los textos hititas; cf. M. Dietrich y O. Loretz,
Mythen und Epen (in ugaritischer Sprache) IV (TUAT III: Weisheitstexte,
Mythen und Epen), Gütersloh, 1997, p. 1103, n. 4.
56. ¡: ‘a una deberían responder los dioses’, ug. ahd ílm fny.
57. Interpretación incierta. /: ‘un mensajero lleva el báculo ..., entre sus
hombros (lleva) la palabra de su señor’, ug. ntlak bn ktpm rgm b'íh.
58. /.- ‘{se secarán]’. Las ‘terrazas’ hacen referencia posiblemente al típico
sistema oriental de cultivo, sobre todo de viñas, en las laderas de las colinas y
montes. De todas las maneras, la versión ‘terrajas’ es controvertida. Podría
tratarse simplemente de ‘tierra de secano, barbecho’ (ug. Sdmt, ‘campos de
Mof [?]).
59. Nombre alternativo de Baal.
60. Interpretación conjetural.
61. Versión hipotética.
62. Todo el trícolon es muy conjetural: unos suponen una descripción
del asustado Baal (De Moor); otros, la de un amenazante Yam (Smith), otros
la de un arrogante Baal (Pardee).
63. /: ‘fui puesto a prueba’, ug. ¿ís.
64. Texto deficiente. /: ‘asaltar’, ‘atacar’; ‘tuve que besar’, ug. aníq.
65. /: ‘en tierra caerá el noble, en el polvo el poderoso’, ug. krs ypl ufa y
u>l ’pr 'zmny.
66. Algunas versiones suponen una forma verbal finita (ttn) con una diosa
imprecisa como sujeto. /: ‘su voz se alzó’, ug. tvttn gb (suponiendo que ug.
g es femenino).
67. /: ‘ya te lo dije’, ug. Irgmt (functor l impreciso).
68. Se trata probablemente de una ‘maza doble’: de dos que actúan como
una. De ahí la ambigüedad de las concordancias gramaticales. Hacen referencia
a la prototípica arma doble de Baal: ‘trueno/rayo’,
69. /:Yagarrish. En ambos casos el sentido es: ‘ique expulse!’, uti nomenomen.
70. Se trata de un ave de presa de ambigua identificación (ug. «ir, ‘águila,
halcón, gavilán’ ...).
71. Su sentido es: ‘¡Que eche fuera todo!’.
72. Diosa que tiene por epíteto ‘Nombre de Baal’ (cf. n. 50).
73. /: ‘dispérsa(le)’, ug. bt.
No hay comentarios:
Publicar un comentario