jueves, 28 de marzo de 2019

BREVE HISTORIA DE LAS LEYENDAS MEDIEVALES: EL OBISPO MAELOC Y LA PRESENCIA BRITANA EN GALICIA

Dejemos de momento la leyenda del rey Arturo, la retomaremos en capítulos
posteriores, pero ahora seguiremos hablando del pueblo britano. Los britanos
componían un pueblo de origen celta que habitaba en la provincia romana de
Britania, en la parte sur de la actual Gran Bretaña. Sus habitantes practicaban el
cristianismo, estaban militarmente bien organizados y eran leales a Roma pero, a
menudo, estaban expuestos a los ataques de otros pueblos como los sajones, los
pictos o los escotos.
Las invasiones bárbaras también llegaron a Britania con la entrada de los pueblos
de origen germánico. Como ya hemos visto en la leyenda del rey Arturo, a mediados
del siglo V, anglos, sajones, frisios y jutos crearon asentamientos en Britania
obligando al éxodo de la población indígena hacia Gales, Cornualles, Escocia o el
continente europeo. Los britanos que embarcaron hacia el continente se establecieron
en la provincia romana de la Armórica, que tomó el nombre de Bretaña, y en las
costas de la Gallaecia, actual Galicia.
Puede que los britanos en su diáspora no escogieran Gallaecia por casualidad, y
es que los vínculos culturales de estos celtas, ahora romanizados y cristianos, con
Galicia eran ancestrales. Muestra de ello es el Lebor Gabála Érenn o Libro de las
invasiones irlandesas, que relata la historia de la formación de Irlanda y cómo los
futuros colonizadores se habían establecido antes en el norte de Galicia fundando la
ciudad de Brigantia: «Ganó muchas batallas y combates contra las duras tribus de
Hispania. Breogán, vencedor de batallas, fundó Brigantia». El rey Breogán mandó
construir una torre, posiblemente en el mismo lugar que la actual Torre de Hércules
de la ciudad de La Coruña, desde donde su hijo Ith pudo divisar la silueta de una isla
en el horizonte.
Ith viajó en busca de esta isla misteriosa y llegó a Irlanda, donde fue traicionado
por la nobleza local, que lo asesinó para evitar que revelara el secreto de su
ubicación. Un ejército liderado por los hijos de Mil Espáine, sobrino de Ith y cuyo
nombre deriva del latín Miles Hispaniae, que significa «soldado de Hispania»,
deciden vengar su muerte conquistando Irlanda. Según el Lebor Gabála Érenn, «la
flota de los hijos de Mil en el océano desde España en claros barcos tomó, no es
necesario decir mentira, los campos de Irlanda en un día».

La Torre de Hércules, en La Coruña, es un faro de origen romano de 68 metros de altura, declarado Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco en 2009. En la tradición celta es conocido como la Torre Brigantia y desde ella
Ith, hijo de Breogán, avistó las costas de Eirín o Irlanda.

La ausencia de inscripciones o de cualquier recuerdo de la lengua usada por los
britanos hace difícil poder estudiar su asentamiento en la península Ibérica con
exactitud. De lo que no hay duda es de su localización en Galicia, entre Ferrol y el río
Eo, con la sede central de su espiritualidad en la parroquia de Santa María de
Bretoña, en el municipio de Pastoriza de la provincia de Lugo, posiblemente
precursora de la iglesia de San Martiño de Mondoñedo. Según un libro parroquial
suevo, el asentamiento de los britanos en la península Ibérica podría extenderse entre
el monasterio de Máximo, en el norte de Galicia, y la zona de Asturias: «Ad sedem

Britanorum ecclesias que sunt intro Britones una cum monasterio Maximi et que in

Asturiis sunt».
La leyenda cuenta que Maeloc era el líder de los britanos que se instalaron en
Galicia huyendo de las invasiones germánicas en el siglo VI. Este poseía una piedra
preciosa de color azul con poderes sobrenaturales, que, a su muerte, fue depositada en
un cofre de oro macizo y enterrada a gran profundidad entre las montañas de
Cornería y Penabor, también en la actual provincia de Lugo. Dejando a un lado la
leyenda, la figura de Maeloc existió realmente y participó, representando a la diócesis
de Britonia, en los concilios de Braga en 561 y 572. Parte de la historiografía ha
llevado la llegada de los britanos a Galicia a la segunda mitad del siglo VI, tomando
como referencia las fechas de los concilios de Braga y la figura de Maeloc. El origen
celta de Britania y la figura histórica del obispo Maeloc son indiscutibles, lo que
genera más dudas entre los historiadores es el tipo de relación que existía entre los
britanos de Galicia y los que se instalaron en la provincia romana de la Armórica.
Maeloc es indudablemente un nombre de origen celta. Aparece citado en las actas
del Concilio de Braga del 561 con el nombre de Maliosus. La asamblea de Braga
había reunido ese año a los obispos de la provincia de Gallaecia por mandato del rey
suevo Ariamiro, con la participación de un total de ocho obispos: «Lucretius,
Andreas, Martinus, Cotus, Ildericus, Lucetius, Thimoteus, Maliosus». En el II
Concilio de Braga, celebrado once años después por mandato del rey suevo Miro, se
habían producido modificaciones en la organización eclesiástica y asistieron los
metropolitanos de Braga y Lugo acompañados de los obispos de doce sedes; entre los
asistentes también estaba Maeloc, citado por las crónicas como «Mahiloc
Britonensis», representando la diócesis de Britonia.


San Martiño de Mondoñedo pertenece al municipio de Foz, en la provincia de Lugo. Esta basílica románica de
finales del siglo XI es considerada la catedral más antigua de España y es heredera de la diócesis de Bretoña, a
la cual representó el obispo Maeloc en los concilios de Braga (561 y 572).


Algunos historiadores han querido presentar a Maeloc como un líder político y
religioso, pero es improbable que un obispo ejerciera una autoridad política dentro
del mundo celta. En el siglo VI, la antigua provincia romana de Gallaecia formaba
parte del reino de los suevos. Las migraciones britanas se asentaron en la costa
gallega dentro del reino de los suevos y, en palabras del historiador español del siglo
XX, Claudio Sánchez Albornoz, «abandonaron la espada para tomar el arado». Puede
que los britanos instalados en Galicia, en tanto que cristianos, ayudaran al proceso de
conversión a la fe católica de los suevos. El primer rey suevo católico es Teodomiro,
que se convirtió en el 560, la misma época en la que se supone que vivió el obispo
Maeloc.
La relación entre el mundo celta de Galicia y los habitantes de las islas Británicas
es evidente y existen múltiples ejemplos de ella. Los investigadores han encontrado
paralelismos entre los castros gallegos y los poblados fortificados de Cornualles, y
algunos defienden la teoría de que la cultura megalítica llegó a Irlanda procedente de
la península Ibérica. Leyendas como la de Maeloc o la Piedra del Destino, que
veremos en el capítulo Objetos sagrados y lugares mágicos, no hacen más que seguir
reforzando los vínculos culturales entre estos territorios.

1 comentario:

  1. Por la curvatura de la Tierra, ¿no es imposible avistar Irlanda desde Galicia?

    ResponderEliminar