Santa Comba

Las brujas, por lo menos las gallegas, tienen su patrona, Santa Comba. Antes de ser
santa, Comba era una de las meigas más activas y crueles, que viajaba muy a menudo
a los lugares de reunión, al «prado del macho cabrío», que es lo que significa
aquelarre.
Como se sabe, los lugares españoles más importantes para los grandes aquelarres
eran Ojos Negros en Aragón, el arenal de Sevilla y Lanjarón en Andalucía, el arenal
de Coiro y la playa de La Lanzada, en Galicia, Barahona en Soria, y Zugarramurdi en
Navarra. Todos ellos fueron frecuentados por Comba, y allí practicaba con sus
colegas todas las hechicerías propias de su maléfico arte, aojando animales y
personas y causando la muerte de niños y viejos.
Se cuenta que un día, en uno de sus viajes, la bruja Comba se cruzó con
Jesucristo, que le preguntó adónde iba, y que ella repuso, como la cosa más natural
del mundo, que iba a usar su oficio.
«Enmeigar, enmeigarás, pero no meu reino no entrarás», cuentan que le dijo
Nuestro Señor, y parece que aquella advertencia fue decisiva para Comba, pues tras
reflexionar sobre sus diabólicas aficiones se arrepintió, y llevó desde entonces una
vida tan piadosa que llegó a santa.