sábado, 16 de marzo de 2019

Ni-ni-bo-sho (mito shippewa)

En un período desconocido, el Gran Espíritu visitó la Tierra y se enamoró
de una doncella, con la cual se casó. De esta unión nacieron cuatro
niños, en el mismo parto, lo que causó la muerte a la joven madre.
El primer hijo fue Ni-ni-bo-sho, que es el amigo de la raza humana.
El segundo, Chibiabos, tiene a su cargo a los muertos y preside el
País de las Almas.
El tercero fue Wabassa, quien un momento después de nacer voló al
norte, donde fue transformado en conejo, un poderoso espíritu.
El cuarto fue Chokanipok, o Piedra de fuego. Contra él luchó Ni-nibo-
sho, pues le atribuyó la muerte de su madre. La terrible guerra entre
estos dos hermanos duró largos años. Señales de sus combates existen
hasta hoy día.
En una de sus batallas Ni-ni-bo-sho cortó grandes pedazos del cuerpo
de Chokanipok, que se transformaron en rocas. Esas rocas son las
que se ven esparcidas por la Tierra. En la batalla final, Chokanipok fue
destrozado por Ni-ni-bo-sho, quien tomó los intestinos de su hermano y
los transformó en largas enredaderas.
Después del combate, Ni-ni-bo-sho recorrió la Tierra provisto de
todas las artes y mejoramientos y los distribuyó entre los seres humanos.
Les dio flechas, lanzas, y los implementos hechos de huesos y de
piedras. Les enseñó a fabricar hachas. También les enseñó a hacer redes
y trampas para atrapar peces y aves.
Durante sus viajes por la Tierra mató a esos viejos monstruos cuyos
huesos se encuentran ahora bajo la tierra, y limpió los ríos de los obstáculos
que el Espíritu del Diablo había colocado en ellos. También puso cuatro
espíritus buenos en los cuatro puntos cardinales, hacia los cuales se
vuelven los calumets (pipas) antes de ser fumadas en las fiestas sagradas.
El espíritu que puso en el norte da nieve y hielo y ayuda al hombre a
la buena caza. El espíritu del sur da melones, maíz y tabaco. El espíritu
del oeste, lluvia. El espíritu del este, luz. El trueno es la voz de los espíritus,
y para ellos se ofrece el incienso del tabaco.
Ni-ni-bo-sho reside actualmente en un inmenso témpano de hielo en
el océano del norte. Si viniera a esta Tierra con sus pasos la incendiaría
y esto sería el fin del mundo.
Él dirige al Sol en su diario viaje alrededor de la Tierra.

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