viernes, 15 de marzo de 2019

Mito maya de la creación de la tierra

Del abismo nació la Tierra, cuando no había cielos ni Tierra.
El que es la Divinidad y el Poder labró la gran Piedra de la Gracia,
allí donde antiguamente no había cielo. Y de allí nacieron siete piedras
sagradas, siete guerreros suspendidos en el espíritu del viento, siete
llamas elegidas.
Y se movieron. Y siete fueron sus gracias también, y siete sus santos.
Y sucedió que incontables gracias nacieron de una piedra de gracia.
Y fue la inmensidad de las noches, allí donde antiguamente no había
dios, porque no habían recibido a su dios, que sólo por sí mismo estaba
dentro de la Gracia, dentro de las tinieblas, allí donde no había cielos
ni Tierra...
Nilu es el nombre de la noche. Es la primera palabra de Dios, es la
primera palabra del Verbo. Así, machacó la piedra, sólo por sí mismo,
dentro de la noche... Y fue creada la Piedra que fundó las piedras, las
(res piedras que fueron a asentarse a los pies de la Sustinal Gracia. Las
piedras que nacieron estaban debajo de la primera piedra. Y eran hermanas
iguales.
Entró entonces Chac, el Gigante, por la grieta de la piedra. Gigantes
fueron entonces todos, en un solo pueblo, los de todas las tierras. Y el
primer rey fue Dios...
Los ángeles, los espíritus se alzaron mientras eran creadas las estrellas.
No se había alumbrado la Tierra, no había cielo ni tierra.
Eran:
El pauah rojo.
El pauah blanco.
El pauah negro.
El pauah amarillo.
Entonces en el primer cielo, Dios, el Verbo, tenía sujeta su piedra,
tenía sujeta su serpiente, tenía sujeta su sustancia.

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