viernes, 15 de marzo de 2019

Mito inca de la creación

Ataguju es el creador de todas las cosas. Dicen que está en el cielo
y que no se mueve de allí, sino que desde allí gobierna todas las cosas
y las crea. Dicen que él hizo el cielo y la Tierra, y viéndose solo, creó
otros dos ayudantes y todos estos tres tuvieron una voluntad y un parecer,
no tenían mujeres y estaban de acuerdo en todas las cosas. De estos
dos dioses que hizo Ataguju, el uno se llamaba Sagadzabra y el otro
Vaungrabrad...
Ataguju tenía dos criados que le servían: el uno se llamaba Uvigaicho
y el otro Vustiqui... Los indios consideraban a éstos como intercesores
del pueblo y acudían a ellos como nosotros a los santos. Cuando
Ataguju creó a estos dos, creó a otro que se llamaba Guamansuri...
Ataguju mandó a Guamansuri al mundo desde el cielo y éste llegó
a la provincia de Guamachuco, que desde entonces comenzó a existir.
Halló en ella hombres, que en lengua de Guamachuco se llaman guachemimes
y él andaba muy pobre entre ellos. Los guachemines le hacían
trabajar y cultivar sus campos. Ellos tenían una hermana, que llamaban
Cautaguan, la cual tenían muy encerrada para que no la viera
nadie. Cuando los hermanos estuvieron fuera un día, Guamansuri fue
hacia ella, y con halagos y engaños, la tuvo y la empreñó. Y como los
hermanos guachemines la vieron preñada y supieron del negocio, y que
Guamansuri había sido el estuprador y agresor, lo prendieron y lo quemaron
y lo hicieron polvo. Dicen los indios que el polvo se subió al
cielo y que Guamansuri se quedó allá con Ataguju...
Al cabo de pocos días Cautaguan parió dos huevos y murió del parto.
Entonces tomaron los huevos y los echaron a un muladar, y de allí salieron
dos muchachos dando gritos, a los cuales tomó una señora y los
crió. El uno se llama[ba] Apocatequil; él [era] el principio de muchos
males y el dios más temido y honrado que había dado todo el Perú,
siendo adorado y reverenciado desde Quito hasta el Cuzco. El otro hermano
se llamaba Piguerao. Apocatequil fue al lugar donde se murió su
madre y la resucitó. Entonces la madre le dio dos hondas que su padre
Guamansuri había dejado para que las diese al que iba a parir, porque
con aquéllas había de matar a los guachemines. Entonces el fuerte mancebo
mató a los guachemines, y a algunos que quedaron los echó de la
Tierra. Entonces se subió al cielo y le dijo a Ataguju:
-Ya la Tierra está libre, los guachemines muertos y echados de la
Tierra. Ahora te ruego que se críen indios que la habiten y la labren.
Ataguju respondió que puesto que había actuado tan valientemente
y había matado a los guachemines, se fuese al cerro que ellos llamaban
Ipuna y que ahora se llama Guacat, situado encima de Santa Cruz, en
el lugar donde ahora está fundada la villa de la Parrilla entre Trujillo y
Lima. Que fuese a dicho cerro y cavase con taquillas o azadas de plata
y oro y de allí sacaría a los indios que después se multiplicarían. Así se
hizo, y de allí salieron los actuales indios.

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