viernes, 15 de marzo de 2019

La cabeza de Incardi

Incardi dio una ley para que la gente viviera bien. Y esa ley tenía dos
reglas: no ser perezoso ni tener rabia en el corazón. Cuando la gente de
Incardi vivía en un estado de bastante felicidad, vino el rey español y
luchó con Incardi y lo venció. Y le cortó la cabeza. Y la cabeza se quedó
en la ciudad del Cuzco. Pero la cabeza no murió, está viva. Se está
reconstruyendo de la cabeza hacia el centro, hacia abajo de la tierra.
Cuando el cuerpo del dios esté íntegro, dará un gran salto sobre el
mundo y hará el juicio final.

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