viernes, 29 de marzo de 2019

Encender una vela

El viejo príncipe Ping, señor de la guerra durante los Reinos combatientes, le dijo al
anciano ciego que oficiaba en su corte como maestro de música:
—Me habría gustado mucho leer las palabras de los antiguos sabios, pero los
asuntos del Estado y los campos de batalla me lo han impedido. Hoy, con más de
setenta años, ¿no es demasiado tarde para empezar?
—Cuando anochece —respondió el músico— enciendo una vela.
El príncipe se asombró de esta respuesta en boca de un ciego. Se irritó:
—¡Te abro mi corazón y me contestas con una chanza!
Impasible, el maestro de música prosiguió:
—Cuando se puede estudiar en plena juventud, es el sol de mediodía. En la
madurez, la luz del crepúsculo. Y en la vejez, como dicen los antiguos sabios, ¡más
vale encender una vela que maldecir la oscuridad!

No hay comentarios:

Publicar un comentario