miércoles, 6 de marzo de 2019

ALIENTO, PACIENCIA, SILENCIO

Antes de morir, un hombre reunió a sus tres hijos y les dijo:
«Que el más sabio de vosotros herede todos mis bienes, oro o plata».
Después de haber pronunciado estas palabras en presencia de sus hijos y del juez,
bebió la pócima de la muerte. Los tres hijos se volvieron entonces hacia el juez y le
dijeron:
«¡Somos tres huérfanos dispuestos a respetar las últimas voluntades de su
padre!».
El juez reflexionó un instante y dijo:
«¡Que cada uno de vosotros me cuente una historia para que yo pueda juzgar
sobre su madurez! O, si no, decidme qué virtud particular tenéis».
El primero dijo:
«¡Yo conozco a un hombre tan pronto como habla y, si se calla, me bastan tres
días para formar juicio sobre él!».
El segundo dijo:
«Si alguien me habla, comprendo lo que dice y si no habla, ¡lo obligo a hacerlo!
—Sí, dijo el juez, pero ¿y si es testarudo y se obstina en callar?».
El tercer hijo dijo entonces:
«Yo observo mi aliento y permanezco silencioso. ¡Utilizo la paciencia como una
escala para subir a la cima de la dicha!».

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