Un día, Nchanga, la estación húmeda, y Enomo, la estación seca, tuvieron gran disputa sobre quién de las dos era la mayor, y llegaron hasta hacer una apuesta, remitiendo la decisión del punto a una asamblea de los espíritus del aire y de los cielos.
Nchanga comenzó diciendo:
—Cuando voy a alguna parte, la sequía viene tras de mí; luego yo soy la mayor.
Enomo respondió:
—En todas partes donde me presento, la lluvia me sucede; luego es menor que yo.
Los espíritus del aire escucharon sus razones y, cuando las dos rivales acabaron de hablar, exclamaron:
—En verdad, en verdad, no podemos decir cuál de ustedes es la mayor; es necesario que sean las dos de la misma edad.
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