La Luna muere y retorna a la vida. Y dice a la liebre:
—Ve en busca de los hombres y diles: «Así como yo muero y retorno a la vida, ustedes habrán de morir y resucitar».
La liebre va en busca de los hombres y les dice:
—Así como yo muero y no retorno a la vida, ustedes habrán de morir para no resucitar.
Cuando la liebre regresa, la Luna le pregunta:
—¿Qué mensaje has dado a los hombres?
—Les he dicho: «Así como yo muero y no retorno a la vida, ustedes habrán de morir para no resucitar».
—¡Cómo! —grita la Luna—, ¿eso has dicho? —y, tomando un palo la golpea en la boca, que se hiende. La liebre echa a correr y huye.
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