domingo, 27 de octubre de 2013
Capi Ñaro (Paja Brava)
(Guaraníes)Cuenta la tradición que cuando aún andaban por el
mundo Tupa y Añang, llamando el uno al bien de los
hombres y las bestias, y el otro luchando secretamente concitando el mal,
existía una tribu inquieta, nómade y guerrera, sin arraigo ni paz. Tupá se
llegó hasta esa tribu y alzando sus manos hacia el Sol, les habló llamándoles
al bien y pidiéndoles que dejaran su vida de viajeros eternos y se afincaran,
fundando el suelo y dando organización a sus familias y chozas. Les aconsejó
que buscaran terreno fértil y levantaran sus toldos, que él les daría ingenio y
voluntad, que desarrollaran normalmente sus vidas. Y fueron buenos esos
hombres. Pero Añang no descansaba, y cuando Tupá abandonó tierras para seguir
su camino, aquél, ciego de ira lanzó un anatema terrible a la tribu buena; y
allí mis convirtió cada familia en una macizo de paja brava, hirientes,
ríspidas, agresivas y ariscas. Realizada su obra de mal, se alejó de los campos
y se hundió en los Infiernos, enojado con Tupá. Cuando este regresó de su largo
viaje y contempló la obra del Demonio, de nuevo con dulzura se dirigió a las
plantas y dijo: - Añang castigó con
crueldad mi obra en vosotras. Os hizo malas, agresivas, hirientes... Yo sin
embargo os volveré buenas, cordiales, útiles. Floreceréis como todas las
plantas, tendréis un penacho altivo y bello, que será símbolo de pureza, y
tendrán utilidad vuestras hojas. Serán ellas las que protejan al hombre de la
intemperie y el frió... Y volvió a
caminar por el mundo, enseñando a indios y criollos a quinchar con paja
brava".
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